A pesar de la censura y la mala Internet, los podcasts cubanos están en auge

Ningún tema está fuera de los límites.

El Enjambre proporcionó una cobertura detallada de las notables protestas antigubernamentales del 11 de julio en Cuba y las críticas abrasadoras de la despiadada represión que siguió.

Los anfitriones también analizaron el lamentable estado del sistema de atención de la salud a medida que aumentaban los casos de Covid-19 en la isla, se burlaron de las iniciativas del gobierno para permitir algunas actividades del sector privado, como las ventas de garaje, e intentaron leer las hojas de té en el futuro de la relación de Washington con La Habana.

Cada episodio incluye un drama breve, humorístico y con guión, un segmento llamado Historia sin histeria y una larga conversación que tiende a centrarse en los temas sobre los que los cubanos han estado discutiendo en las redes sociales durante los últimos días.

“El objetivo era crear una conversación como la que tendrías en cualquier esquina de Cuba”, dijo Condis. «Pero solo proporcionamos hechos verificados, porque es muy importante para nosotros no proporcionar nunca información falsa».

Condis dijo que evitó usar lo que él considera un lenguaje polarizador innecesario, absteniéndose, por ejemplo, de referirse al gobierno cubano como una dictadura. Los anfitriones no dan por sentada la relativa libertad que han disfrutado hasta ahora para criticar al gobierno. Después de todo, Cuba no tiene leyes de libertad de prensa y los periodistas críticos a menudo son objeto de acoso y detención domiciliaria.

“En cualquier momento podrían ir a la guerra con nosotros y sacarnos del aire”, dijo Condis.

Si alguien ha estado traspasando los límites es Sánchez, una ardiente crítica del gobierno que ganó prominencia como una de las primeras en adoptar la tecnología en 2007, cuando comenzó a escribir un blog crudo y lírico sobre la vida en la isla.

En diciembre de 2018, cuando la empresa cubana de telecomunicaciones Etecsa comenzó a ofrecer planes de datos para teléfonos inteligentes, Sánchez vio la oportunidad de expandir el alcance de su periodismo, que anteriormente se había distribuido como un boletín informativo enviado por correo electrónico y un archivo PDF.

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