Lo denunció durante la campaña de 2020. Tres años después, está buscando la ciudadanía rusa y nuevamente agitando la acusación de Moscú.
tara readela mujer que acusó al presidente estadounidense de agresión sexual en 1993 cuando él era un senador y ella miembro de su equipo, esta en rusia donde acaba de desertar. Reade está acompañado por Mariia Butina, la ex agente rusa deportada de EE.UU. y hoy diputada del partido de Vladimir Putin.
Es una escena asombrosa. Tara Reade, de 59 años, aparece en la televisión rusa y da una conferencia de prensa. Ella vuelve sobre su queja. Y dice en directo que en 1993 Joe Biden la agredió sexualmente en el Capitolio.
Estas acusaciones, nunca corroboradas por la más mínima evidencia, no dieron lugar a un juicio. Nunca lo habrá, porque Reade decidió mudarse a Rusia, donde solicitará la ciudadanía rusa.
Dice que llegó a Moscú. solo como turista, pero que se había sentido «segura por primera vez en mucho tiempo». ella agrega que temía por su integridad en su país y dice que incluso el representante electo trumpista de Florida, Matt Gaetz, le dijo que no podía garantizar su seguridad en Estados Unidos.
A su lado, porque la acompaña y de hecho la apoya, está Butina, conocida por haber cumplido una condena en Estados Unidos por espionaje.
Butina reconoció ser una agente rusa, infiltrarse en la NRA, en particular en el lobby pro-armas, para acercarse a los círculos ultraconservadores y establecer relaciones con la campaña de Donald Trump. Fue bajo el mandato de la expresidenta cuando fue deportada a su país de origen.
butina usaba el sexo y el engaño para influir en sus conexiones, principalmente en el círculo conservador de los Estados Unidos y figuras poderosas en la Asociación Nacional del Rifle.
El dúo Butina-Reade en la televisión rusa suena como La retórica de la caída del Kremlin.
Una denuncia en plena campaña
La denuncia de agresión sexual de Reade contra Biden logró sacudir la campaña electoral en un país que ya sufría los estragos de la pandemia del coronavirus.
La denuncia de Reade, sobre un presunto abuso cometido hace 27 años, estalló cuando apenas seis meses para ir para las elecciones presidenciales de 2020.
“Tara Reade merece ser escuchada y los votantes merecen escucharla. También merecen escuchar a Joe Biden”, escribió The Washington Post en ese momento.
Según la versión de la mujer, ella estuvo solo con Biden en los pasillos del Congreso. Sin un “intercambio de palabras”, el entonces senador “la puso contra la pared” y la “tocó” mientras la besaba.
Entonces le habría preguntado si quería ir a otro lado. Al verla molesta y ante su negativa a ir más allá, Biden le habría dicho “vamos, escuché que te gustó”. Pero como ella se negó, él la dejó ir.
Biden: «Eso nunca sucedió»
Biden se defendió públicamente de las acusaciones. Y en un comunicado informó: “No son verdad, eso nunca pasó”.
Biden pidió a los Archivos Nacionales que publicaran cualquier registro de la denuncia. “Solo hay un lugar donde podría existir tal queja: los Archivos Nacionales”, dijo en el comunicado.
“Los Archivos Nacionales es donde se guardan los registros de lo que entonces se llamaba la Oficina de Prácticas Justas de Empleo. Solicito que la Secretaria del Senado pida a los Archivos que identifiquen cualquier registro de la denuncia que ella alega que usted presentó y ponga ese documento a disposición de la prensa. Si alguna vez hubo tal queja, el registro estará allí añadió.
Curioso (o quizás no tanto), más de tres años después y cuando el clima electoral vuelve a calentarse en Estados Unidos con un posible nuevo duelo presidencial Biden-TurmpTara Reade volvió a agitar su queja, pero esta vez bajo la clara protección de Moscú.
Escrito de Clarín con información de RFI
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