Alemania entró en recesión técnica en el primer trimestre de 2023, después de una segunda contracción seguida de su Producto Interno Bruto (PIB), en un contexto de caída de la producción industrial, inflación y altas tasas de interés.
El PIB de la primera economía europea cayó un 0,3% en el periodo enero-marzo respecto a los tres meses anteriores, tras haberse contraído un 0,5% entre octubre y diciembre según los datos corregidos de estacionalidad publicados este jueves por el instituto de estadística Destatis.
En términos interanuales, el indicador se contrajo 0,5% en los primeros tres meses de este año.
Así, Alemania entró en recesión técnica, que se define como una caída de la actividad durante dos trimestres consecutivos.
Es la primera vez que esto ocurre en el país europeo desde la pandemia del coronaviruslo que había provocado una caída del PIB en el primer y segundo trimestre de 2020.
gasolina rusa
La industria alemana, que durante mucho tiempo dependió del gas ruso, se vio duramente afectada el año pasado después de que Moscú, a raíz de las sanciones occidentales por la invasión de Ucrania, recortó los suministros y los precios se dispararon.
A pesar de esto, la economía alemana pareció aguantar mejor de lo esperado, gracias a la ayuda pública masiva, el mayor uso de gas licuado y una caída en los precios del gas a principios de año.
La industria también se benefició de la reapertura de China tras la pandemia.
La recesión parecía estar retrocediendo, pero «el optimismo dio paso al realismo» y «Alemania cayó en recesión», dijo Carsten Brzeski, experto del banco ING.
Varios indicadores económicos del mes de marzo ilustraron la situación, entre ellos la producción industrial, central del modelo económico alemán, que cae un 3,4% respecto a febrero.
Asimismo, la producción de vehículos disminuyó un 6,5% y la construcción se contrajo un 4,6%.
Los pedidos industriales también cayeron con fuerza en marzo, un 10,7 % menos que en febrero, algo sin precedentes desde el punto más bajo de la pandemia. Las exportaciones, fundamentales para este sector, cayeron un 5,2%.
Todo esto ocurrió en un contexto de caída del consumo interno por la inflación que sigue siendo muy alto para los estándares alemanes, por encima del 7%.
En el extranjero, los socios comerciales del país importaron menos productos fabricados en Alemania debido a la «turbulencia geopolítica, las altas tasas de inflación y la pérdida de poder adquisitivo», según el instituto económico DIHK.
El pronóstico de Olaf Scholz
A pesar de todo, Gobierno alemán pronostica repunte progresivo de la actividad en el transcurso del año y un crecimiento del 0,4% para el conjunto de 2023.
«Las perspectivas para la economía alemana son muy buenas, estamos superando los desafíos que enfrentamos», dijo a periodistas el jefe de gobierno, Olaf Scholz.
El Ministerio de Economía se refirió a una «debilidad invernal» antes de una «mejoría notable a lo largo del año».
Pero no todos son tan optimistas. El FMI pronosticó en abril que la actividad económica alemana se contraería un 0,1% este año, antes de un repunte del 1,1% en 2024.
Destaca la situación alemana frente a sus vecinos europeos, donde el riesgo de recesión ha retrocedido gracias a la caída de los precios de la energía.
«Alemania es vista como la potencial oveja negra de Europa», dijo Guillaume Dejean, analista de Global Market Insight.
En Bélgica y Francia, la actividad económica aumentó un 0,4% y un 0,2% respectivamente en el primer trimestre de 2023 en comparación con el trimestre anterior. Italia y España, por su parte, crecieron un 0,5% en el primer trimestre.
Fuente: AFP
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