El telescopio espacial más grande y poderoso del mundo llegó a su puesto de observación el lunes, a 1,6 millones de kilómetros (1 millón de millas) de la Tierra, un mes después de su lanzamiento en una misión para contemplar el amanecer del universo.
Al recibir la orden, el Telescopio Espacial James Webb encendió sus propulsores durante casi 5 minutos para entrar en órbita alrededor del Sol en un lugar designado, y la NASA confirmó que la operación salió según lo planeado.
Antes de que el observatorio de $ 10 mil millones pueda comenzar a operar en junio, sus espejos deben alinearse meticulosamente, sus detectores infrarrojos deben enfriarse lo suficiente y sus instrumentos científicos deben calibrarse.
Sin embargo, los controladores de vuelo en Baltimore no ocultaron su entusiasmo después del último logro.
“Estamos un paso más cerca de develar los misterios del universo. Y no puedo esperar a ver las primeras imágenes del universo que nos da Webb este verano», dijo el administrador de la NASA, Bill Nelson, en un comunicado.
El telescopio permitirá a los astrónomos mirar hacia el pasado como nunca antes, remontándose a la época en que se formaron las primeras estrellas y galaxias hace 13.700 millones de años. Eso es casi 100 millones de años después del Big Bang, cuando se creó el universo.
Además de hacer observaciones estelares, Webb escaneará la atmósfera de otros mundos en busca de posibles signos de vida.
«El Webb está estacionado oficialmente», dijo Keith Parrish, gerente del proyecto. «Esta es la coronación de 30 días destacados».
El telescopio fue lanzado desde la Guayana Francesa en Navidad. Una semana y media después, el telescopio desplegó un escudo solar del tamaño de una cancha de tenis. El espejo principal del dispositivo, recubierto de oro y de 6,5 metros (21 pies) de diámetro, se desplegó unos días después.
El espejo primario tiene 18 segmentos hexagonales, cada uno del tamaño de una mesa de café, y deberán alinearse para que todos apunten al mismo lugar, una tarea que llevará tres meses.