La banda de Nick, Brian, AJ, Howie y Kevin se presentó en el Bicentenario de La Florida, en el marco del DNA World Tour, conquistando a miles de fanáticas con su simpatía, voces y coreografías.
Aunque pasen los años y sus figuras ya no sean las de los “15”, el encanto de Basckstreet Boys se mantiene intacto. De hecho, al Bicentenario de La Florida no solo llegaron las treintañeras que vibraron con la actuación de Viña el 98, sino también sus madres e hijas. Es que nadie quería perderse el DNA World Tour.
Vestidos impecablemente de negro, con detalles en rojo y blanco (Brian usó unas onderas zapatillas chillonas), el grupo comenzó el show a las 21.30 y, a partir de ese momento, el griterío no paró. Y menos cuando la banda estadounidense interpretó “I wanna be with you”, para dar paso luego a “The call”, “Don’t want you back”, “New love” y “Get down”, un clásico.
Y aunque sus edades hoy fluctúan entre los 40 y 48 años, la sincronía de sus voces y afinación pasaron la prueba. Hubo un poquito de desgaste cuando cantaron en solitario, pero a nadie le importó. Tampoco las atractivas poncheras ni las líneas de expresión, pues igual “están como quieren”, según gritaron las fanáticas.
Eso sí, en el ranking, Nick Carter sigue manteniendo el liderato, pues aparte de los “te amooo” y carteles, fue al primero al que le cantaron el tradicional “mijito rico”. ¿Y qué hizo el rubio? Mostró su colita y se puso a bailar. ¡Crack! Más tarde, el cantito se repitió con AJ y Kevin, quienes lanzaron un “ceacheí” y dijeron que en Chile “se come rico”.
Peak
Fue justamente esta dupla la que marcó el peak de la jornada, pues en un diálogo en inglés, donde recordaron la época en que tenían “sixpack”, dieron paso a un cambio de ropa, que se produjo detrás de una especie de biombo. Se sacaron los pantalones, luego arrancaron sus poleras y, finalmente, el mayor del grupo mostró su pierna y unos calzoncillos… ¿Qué? Tranqui: los tenía en sus manos y los tiró al público.
¿Vio? Pura simpatía la de los chiquillos, quienes también cantaron en español, bromearon con la edad (Kevin dijo que tenía 21), realizaron monólogos, cambiaron varias veces de vestuario, mantuvieron las coreografías y recordaron sus grandes éxitos, en un show de dos horas, con una tremenda puesta en escena y complicidad total. Mejor que hace veinte años.