TEL AVIV — Desde que asumió el cargo en junio como primer ministro de Israel, Naftali Bennett ha intentado construir un nuevo orden político. El mayor obstáculo podría ser el hombre al que desplazó, su predecesor, Benjamin Netanyahu.
Bennett, un político de derecha que estará en Washington esta semana para reunirse con el presidente Joe Biden, encabeza una coalición inestable de partidos de izquierda, derecha y árabe y, por necesidad, debe gobernar desde el centro.
Ha tratado de llamar a todos los ministros cada semana para preguntarles cómo están, según los miembros de la coalición. Sus tweets añaden las manos de otros ministros para felicitarlos por el trabajo del gobierno, que es evitar deliberadamente abordar temas polémicos de frente. Se dirigió a expertos del sector privado sobre el coronavirus y otros temas, pidiendo ideas a través de WhatsApp.
En un video publicado en Twitter este mes, Bennett y los miembros de cada partido de la coalición instaron a las personas a vacunarse contra el coronavirus, independientemente de su afiliación política.
La coalición de Bennett logró lo que ningún otro oponente de Netanyahu pudo hacer en los últimos 12 años: lo sacó del poder. La supervivencia política del primer ministro de 49 años depende de que obtenga suficientes votos más allá de su circunscripción tradicional para seguir liderando. Lo que está en juego es hacer que el país supere un período político divisivo y turbulento, con cuatro elecciones en dos años.
Fuente: WSJ