La reversión de las restricciones a la industria petrolera impuestas por Biden ha llegado bastante tarde en una economía que ha agudizado su ralentización desde finales de julio de 2021 y que puso de manifiesto la incapacidad y las escasas intervenciones del actual Gobierno para continuar con la sólida recuperación económica que emprendió. la administración anterior, luego de la peor pandemia de los últimos 100 años.
“Estamos discutiendo esto en este momento”, pero “todavía no hay una decisión”, dijo Biden a los periodistas.
Las presiones del régimen comunista chino sobre los EE. UU., a través de sus confinamientos innecesarios, parecen tener un efecto en un gobierno que se inclina fácilmente ante los intereses extranjeros sobre los nacionales. Es la política que ha practicado la administración Biden desde que llegó al poder.
El presidente sigue pidiendo dinero a los contribuyentes estadounidenses para Ucrania, un conflicto armado que podría haberse evitado en medio de una inflación casi insostenible y otros graves problemas económicos en EE.UU.
Ahora la solicitud de fondos ha ascendido a 40.000 millones de dólares que se suman a los casi 20.000 millones de dólares que ya estaban aprobados y que comenzaron a enviarse en cargamentos de armas y otras «supuestas ayudas» a los ucranianos, sin ningún tipo de supervisión por parte de los entes reguladores. americanos.
Trump impuso estos aranceles a China en busca de un comercio justo y favorable para Estados Unidos, y que hasta entonces beneficiaba en gran medida al gigante asiático.
La administración Biden se ha dedicado a priorizar los temas internacionales, sin la debida atención a todas las crisis nacionales a un costo exorbitante. La crisis fronteriza ha sido el mejor ejemplo, además del despilfarro de dinero en ayuda exterior.
Analistas estiman que la situación creada en la frontera por la administración Biden le costará al país más de 600 mil millones de dólares en costos directos e indirectos en solo dos años.
lmorales@diariolasamericas.com