Esta semana que termina se cumple un año de la política de tolerancia cero contra las pandillas o maras en El Salvador, encabezada por el presidente Nayib Bukele, una medida que ha causado fuertes preocupaciones a Naciones Unidas por las reiteradas violaciones a los derechos humanos de muchos salvadoreños que nada tienen que ver con el asunto.
Bukele ha utilizado durante un año un régimen de excepción, que el Congreso –a su favor– prorroga cada mes, a partir del 27 de marzo de 2022, en respuesta a una ola de 87 asesinatos en El Salvador En tan solo un fin de semana, el resultado de esa política ha provocado 90 muertes de presos bajo custodia y unas 65.000 detenciones.
El gran problema es que no todos los detenidos son delincuentes o pandilleros. Hay muchos menores (1.822) o familiares de pandillas que también están en prisión; Peor aún, las personas que viven en las zonas de influencia de los pandilleros y que no tienen nada que ver con ella también son objeto de detenciones arbitrarias para luego ser fichadas, lo que les cierra las puertas en el mercado laboral.
La ONU dice que entiende los graves problemas que representan las pandillas (70.000 miembros) en el país centroamericano -de unos seis millones de habitantes- y que es deber del Estado brindar seguridad a los salvadoreños, pero dice que ese beneficio debe ser en el marco del derecho internacional de los derechos humanos.
Y es que algunas de estas detenciones masivas, incluidas las de niños, pueden llegar a ser detenciones arbitrarias, pues parecen estar basadas en investigaciones mal documentadas y perfiles crudos basados en la apariencia física o el origen social de muchos detenidos.
Por supuesto, Bukele no escucha nada de esto, está sembrando su popularidad que le permitirá cosechar una holgada reelección en las elecciones presidenciales de 2024, aunque legalmente no podría postularse, pero el presidente tiene mayoría parlamentaria. a su favor , quienes pueden modificar las reglas electorales a su conveniencia.
Vale la pena recordar al presidente salvadoreño cómo su propio gobierno sostuvo negociaciones en 2020 con las tres principales pandillas del país dentro de cárceles de máxima seguridad, con el objetivo de lograr que la cifra de asesinatos en El Salvador mantuviera su caída histórica y eso lo catapultó en tasas de aceptación.
A cambio, las tres organizaciones –consideradas terroristas por la ley salvadoreña–, Mara Salvatrucha-13, Barrio 18 Revolucionarios y Barrio 18 Sureños, plantearon una serie de demandas que incluían mejoras en las condiciones de vida en las cárceles y beneficios para sus integrantes liberados, pero dos años después el mismo gobierno rompió el acuerdo y mostró imágenes de pandilleros siendo encarcelados, lo que desató la mencionada violencia.
En más de una ocasión Observador de derechos humanos Ha denunciado y criticado los abusos de los pandilleros en prisión, el hacinamiento y que la mayoría de los detenidos no han sido juzgados, pero parece que nada podrá detenerlos. bukelequien con sus acciones comienza a revelar sus aires de dictador.
POR ISRAEL LÓPEZ
COLABORADOR
ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
MAÍZ
Continuar leyendo: Bukele arrasa con todos | El Heraldo de México