Bullying ya no es la palabra, es aterrorizar

El caso de Norma Lizbeth, la niña de 14 años que murió luego de que uno de sus compañeros la violara físicamente en repetidas ocasiones, es una clara evidencia de que el bullying se ha convertido en algo alarmante y que ha pasado de las burlas a las palizas, y de ahí a las homicidios entre estudiantes.

Muchas dudas surgen en torno a este hecho: ¿No se dieron cuenta los padres de Norma de que su hija estaba siendo violada? Y si lo hicieron, ¿por qué no intentaron resolverlo de alguna manera? ¿Por qué las autoridades de la Secundaria Oficial 518 Anexo a la Escuela Normal de Teotihuacán “Los Jaguares” pasaron por alto el abuso? ¿Por qué sus compañeros de clase no ‘amaban’ a Norma? ¿Norma pidió ayuda?

Muestras de diferentes organizaciones sociales coinciden en que los jóvenes menores de 17 años actualmente se sienten poco escuchados, poco comprendidos y sin algo que los motive en la vida.

¿Qué situación personal y emocional habría estado atravesando Norma todo este tiempo? Seguramente ir a la escuela se convirtió en un martirio…; lo que provoca la violencia estudiantil: en lugar de tener los sentidos abiertos al aprendizaje, su atención se centra en defenderse de sus compañeros.

Hecho. En México, 2 de cada 10 estudiantes ha sido víctima de algún tipo de acoso escolar, y la mayoría coincide en que esta situación impacta en algún nivel su desempeño escolar (PISA 2018).

Ahora, hay que analizar el factor pandemia del covid-19, que estoy seguro que tiene que ver con estos casos de violencia entre jóvenes estudiantes. Me refiero a que el encierro de más de un año dio lugar a un aumento de la violencia intrafamiliar, hacia las mujeres y, sobre todo, hacia los jóvenes y los niños, los datos están ahí.

Azahara, la agresora menor de Norma, seguramente también sufrió algún tipo de violencia, recordemos que somos un reflejo de todo. Ahora la niña de 14 años fue juzgada de adolescente y está en prisión. ¿Es la manera de ayudarla a curar sus problemas de agresión? Personalmente, creo que este tipo de casos deben ser tratados con cercanía al joven, no aislándolo y castigándolo severamente, ya que ocurrirá lo contrario a su rehabilitación. Recordemos esto: las cárceles no fueron hechas para niños, y por algo es.

En las últimas semanas hemos visto las redes sociales saturadas de vídeos de peleas entre adolescentes de secundaria y, más allá del morbo que genera ver a dos personas peleándose, leamos entre líneas, ¿qué nos intentan decir los chicos?

Lo primero que nos dicen es que están llenos de ira, que necesitan expresarla; segundo, que crean que nadie está interesado en ellos; tercero, quieren ser vistos, escuchados.

Y ustedes como padres, ¿qué están haciendo en el cuidado de sus hijos adolescentes? He visto muchos padres y madres que cuando su hijo tiene más de 13 años empiezan a dejarlo solo, sin embargo, es una de las etapas más importantes en el desarrollo de la confianza y todo.

Dejemos de ignorar lo que está pasando, reconozcamos que hemos dejado de lado a la juventud; pero cuidado, ellos nos necesitan, como nosotros seguimos necesitando a los más grandes.

POR KARINA ÁLVAREZ

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