El elixir de Baco es una de las exportaciones más importantes de Argentina y Chile. La variedad y riqueza de sus suelos entregan al mundo un vino de calidad que año tras año es premiado y reconocido globalmente. Esto impulsa cada vez más sus exportaciones, a pesar de la situación de cada uno de estos dos países.
Argentina y Chile se encuentran entre los 10 más importantes del mundo en términos de superficie cultivada de vid, producción de vino y exportaciones. Argentina también se encuentra entre los 10 países más consumidores de vino, mientras que Chile ocupa el puesto 23, según las últimas estadísticas de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) correspondientes a 2021.
El sabor argentino
A julio de 2023, Argentina ha exportado un total de 87.372.133 litros de vino fraccionado a US$ 4,20, según los datos proporcionados por la Corporación del Vino Argentino (COVIAR). Esto representa una caída del 24% en volumen y un aumento del 9,6% en precio según el mismo periodo de 2022.
“Las razones por las que Argentina está teniendo un mal año no es algo exclusivo de Argentina, es algo que están sufriendo los principales exportadores, porque Hay un mercado internacional en retroceso y, en particular, en los principales destinos de Argentina«, dijo a Línea Bloomberg Daniel Rada, director del Observatorio del Vino Argentino. “A Chile le está pasando algo muy parecido, porque también va a los mismos mercados que Argentina.como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y China, que está colapsando abruptamente”, afirmó.
Por su parte, Milton Kuret, director ejecutivo de Bodegas de Argentina, explicó que en el país “tenemos un problema de falta de competitividad, dados los fuertes aumentos de costos en el primer semestre por encima de la variación del tipo de cambio”. . Debido a la escasez por las heladas, los vinos aumentaron su precio entre un 200% y un 300%. Los mercados son muy competitivos y tenemos segmentos donde los márgenes se han reducido drásticamente. Por eso, en algunos casos, las empresas prefieren no comercializarlos”.
En cuanto a varietales, El Malbec lidera las ventas en el exterior, con más de 51 millones de litros exportados; Le sigue el Cabernet Sauvignon, con más de 10 millones. y los “sin variedad”, con más de 9 millones, en los primeros siete meses de 2023.
Entre las bodegas argentinas que más exportan, según distintas fuentes del sector, se encuentran: Fecovita, Grupo Peñaflor, Bodegas Balbo, RPB y Bodegas Salentein, en las cinco primeras posiciones según el volumen vendido.
Diversificación chilena
Los vinos chilenos, por su parte, representaron 181.605.000 litros comercializados en el exterior durante el primer semestre del año., según el Observatorio del Vino Argentino con base en datos de Trade Map, que sigue el comportamiento de las exportaciones chilenas. Estas ventas también muestran, al igual que en Argentina, una caída del 23%.
Chile exporta vinos con denominación de origen (DO) principalmente de las variedades Cabernet Sauvignon, Sauvignon Blanc, Chardonnay, Merlot y Carménère. Entre ellas, según Statista, la Cabernet Sauvignon es la variedad más extendida en el país y también la que más litros de vino genera para exportación, con casi 40.000 hectáreas plantadas. El precio de exportación del vino chileno al cierre de 2021 fue de US$ 2,05 por litro.
Respecto a la mayor presencia de Chile en los mercados globales, Rada explica que Chile tiene una estructura comercial diferente. “Argentina tiene su principal comprador en el mercado interno, a diferencia de Chile, que no llega a los 300 millones de litros anuales de ventas internas, por lo tanto, tiene un enfoque exportador mucho más fuerte”, afirma y agrega: “También cuenta con una red muy extensa de tratados internacionales, llegando prácticamente a todos los mercados con arancel cero.. Este no es el caso de Argentina, ni de Australia, otro competidor cercano. Tiene estabilidad, o viene con una estabilidad macroeconómica muy fuerte durante mucho tiempo, lo que lógicamente permite planificar las exportaciones de otra manera. Y también tiene una mayor diversificación de productos”.
Cabe señalar que Chile no sólo depende de la exportación de vino fraccionado, sino también También exporta mucho vino a granel y jugos concentrados, lo que le otorga un mayor potencial exportador. versus Argentina, que está muy enfocada en la exportación de vino fraccionado y embotellado en particular.
Según datos de Statista, La industria vitivinícola es una de las más relevantes para la economía chilena, aportando el 0,5% a su PIB nacional. y la producción casi se ha triplicado entre 1998 y 2022, siendo los vinos con DO los más producidos en el país. El comercio exterior también ha jugado un papel clave en el crecimiento de la industria, representando el 16,5% del total de las exportaciones agrícolas. En este escenario, el futuro del sector parece prometedor, con ingresos estimados para 2027 superiores a los 5.300 millones de dólares.
Paladares del mundo
“Respecto a los países que aparecen como los principales compradores de vinos fraccionados de Argentina, Estados Unidos juega un papel predominante. No sólo porque se ubica como el principal destino de las exportaciones sino porque más que duplica el peso del segundo comprador”, explica el último relevamiento del Observatorio del Vino Argentino.

Así, durante el primer semestre de este año, y como ocurrió en años anteriores, Estados Unidos ocupa el primer lugar, en este caso, con 21,70 millones de litros, seguido de Brasil, con más de 15 millones, y Reino Unido. , con más de 10 millones de litros.

En el caso chileno, Brasil se presenta como el mayor destino, con más de 29 millones de litros durante el primer semestre de 2023, seguido de China, con más de 19 millones, y Estados Unidos, también con más de 19 millones.

“Por el lado del consumidor, las tendencias varían con el tiempo y con las nuevas generaciones. Lo importante es estar atento a estos cambios y tener la capacidad de reacción necesaria para satisfacerlos”, explica Kuret. “En este sentido, debemos profundizar y acelerar los cambios. De los aspectos legales a los productivos. Adaptar nuestros estándares a estos nuevos productos e incorporar la tecnología necesaria para fabricarlos. Productos orgánicos, de menor graduación alcohólica, afrutados, con y sin gas, productos listos para beber en diferentes ocasiones de consumo e incluso nuevas tendencias en empaques no tradicionales, representan las demandas de los nuevos consumidores”, concluye.
A pesar de su continuo crecimiento, La industria del vino enfrenta importantes desafíos debido al cambio climático. Las altas temperaturas y la sequía están modificando las condiciones de cultivo de la uva, lo que ha llevado a los bodegueros a trasladar sus viñedos al sur en busca de condiciones más favorables. Además, para mitigar el impacto económico de posibles malas cosechas y diversificar sus ingresos, Las bodegas están cada vez más volcadas en la expansión de nuevos negocios, como el enoturismo, que está ganando una excelente reputación.