Ciudades para una salida social y solidaria de la crisis causada por COVID-19 –


Europa necesita aprender de la crisis de 2008 y su respuesta basada en la austeridad: las acciones tomadas después de la crisis del coronavirus deben basarse en principios solidarios y de orientación social que ayudarán a las personas, los servicios públicos y las empresas a recuperarse y fortalecerse, escribe Femke Halsema, Ada Colau, Giuseppe Sala y Anne Hidalgo.

Los autores son alcaldes Femke Halsema (Amsterdam), Ada Colau (Barcelona), Giuseppe Sala (Milán), Anne Hidalgo (París).

Las ciudades europeas siguen con gran atención y preocupación las negociaciones que se están llevando a cabo en el Eurogrupo en este momento. El resultado de estas negociaciones y la salida de la emergencia social y económica causada por el impacto de la pandemia en Europa es crucial para nuestro futuro.

En este sentido, celebramos el progreso que significa el acuerdo del Eurogrupo para movilizar 500,000 millones. Es un primer paso muy importante que abre nuevos horizontes. Pero debido al alcance de la crisis, se deberán tomar decisiones más importantes que afectarán directamente a nuestras ciudades.

Es por eso que nosotros, las ciudades, queremos que se escuche nuestra voz y compartir las siguientes consideraciones con las instituciones europeas:

En primer lugar, creemos que la crisis de 2008 y la respuesta basada en la austeridad tiene que ser un proceso de aprendizaje. La falta de un compromiso hacia una solución social a la crisis en ese momento debilitó nuestros servicios públicos, retrasó el crecimiento económico y generó una desigualdad social por la que todavía estamos pagando el precio.

Las ciudades han experimentado de primera mano las consecuencias de esas políticas, cuidando a las personas más vulnerables y enfrentando el sufrimiento que causaron. Hoy, con los servicios públicos respondiendo heroicamente a la pandemia, extrañamos los recursos que no nos llegaron debido a las políticas de reducción. No debemos volver a una fórmula fallida.

En segundo lugar, entendiendo todo lo que está en juego en estas negociaciones, solicitamos que prevalezcan los principios de solidaridad y cooperación.

Las ciudades tienen una larga experiencia de cooperación entre nosotros, que hemos intensificado con esta crisis de salud y sabemos por experiencia que ante las crisis, la unión, la solidaridad y la cooperación son fundamentales. Más que nunca, es necesario que no abandones estos principios.

En tercer lugar, dado que las ciudades son la primera administración a la que recurren los ciudadanos europeos para obtener ayuda cuando surgen dificultades, pedimos a la UE que nos garantice el acceso directo a parte de los fondos estructurales que la Comisión Europea ha desbloqueado para abordar la pandemia y sus consecuencias; además, que la movilización de los fondos promovidos no está condicionada al desarrollo de planes de austeridad.

La salida de esta crisis también debería significar un fortalecimiento del poder local y una mayor capacidad para una relación directa con la administración europea.

En cuarto lugar, para permitir una reactivación económica más rápida que la que ocurrió después de la crisis de 2008, subrayamos la necesidad de compartir los costos de esta reactivación entre el norte y el sur de Europa, en solidaridad con todo el pueblo europeo.

Creemos que debemos priorizar el acceso a crédito y financiamiento de bajo costo para que nuestros servicios públicos puedan recuperarse y fortalecerse, que nuestras empresas puedan crecer una vez más y que pronto se activen nuevas oportunidades de empleo.

Además, para financiar esta recuperación, creemos que debemos avanzar hacia un modelo europeo de impuestos basado también en la solidaridad.

Somos ciudades europeas y europeístas y confiamos en que esta vez, las autoridades europeas estarán a la altura de las circunstancias.

Europa tiene la oportunidad de enviar un mensaje sólido y contundente a todos los ciudadanos: contra el discurso de odio, contra el discurso del individualismo, contra las políticas de austeridad, una Europa más fuerte, con mayor solidaridad, que se compromete a encontrar una salida social, que escuche ciudades y los protege y ayuda contra los principales desafíos futuros que se avecinan.

Ofrecemos a las instituciones europeas la colaboración total de nuestras ciudades en el desarrollo de políticas sociales para que nadie se quede atrás social o económicamente debido a esta crisis.

Seremos los mejores aliados para una respuesta social a la crisis si contamos con su apoyo y si las medidas tomadas ponen la economía al servicio de las personas.