La inmobiliaria Colonial y la constructora Copisa han entrado en el accionariado de Poplac, una empresa barcelonesa que utiliza algas como materia prima para fabricar paneles prefabricados para la construcción, similares a los habituales Pladur, pero sostenibles.
Poplac, que es la marca comercial de una empresa llamada Industria Circular TNP, está impulsada por Juan Molins Monteys, director del grupo Cementos Molins, quien es el primer accionista de la startup con un 25% del capital. Entre sus accionistas también se encuentran la promotora barcelonesa La Llave de Oro; la empresa Sanaujencs, propiedad de Higini Cierco, el empresario andorrano que fue el primer accionista de BPA, y Quim Miró, candidato del Partit Socialdemòcrata en Andorra la Vella en las últimas elecciones y propietario de la imprenta avanzada Tag Systems.
Los accionistas han aportado un total de 2,25 millones de euros para poner en marcha el proyecto Poplac, y con ayuda europea y financiación bancaria prevén invertir un total de 4,5 millones de euros y construir una fábrica en Alcora (Castellón). “Allí nos han dado todo tipo de instalaciones para establecernos y recoger las algas, como la posidonia y el sargazo, que quedan en las playas como residuos y son nuestra materia prima”, explica Juan Molins.
La empresa se basa en una patente de un investigador de la Universitat de València que utiliza este desecho marino para crear un material con propiedades ignífugas, hidrófugas y aislantes y recibió el reconocimiento como producto innovador en la feria Rebuild.
Un material con propiedades ignífugas, hidrofugantes y aislantes
“Hay una gran presión de los fondos de inversión y de las instituciones para tener edificios más sostenibles, y nuestro producto es un colector de CO₂ neto, mientras que los materiales con los que competimos son derivados del petróleo”, explica Molins. Los clientes de sus paneles serán promotores, que los pondrán directamente en obra, o fabricantes de elementos para la construcción industrializada. Y permitirán que los edificios alcancen altas certificaciones de sostenibilidad.
Poplac tiene casi lista su planta de Castellón, que entrará en funcionamiento antes de que finalice el año, y tiene capacidad para producir 1,5 millones de metros de paneles. La compañía espera tenerlo a plena producción en tres años, lo que situaría a la empresa con diez personas en plantilla (ahora son tres) y una facturación de ocho millones de euros. “Si el proyecto sale como se espera, podemos ampliar la capacidad de la planta o abrir en otras ubicaciones”, reconoce.
Molins, director de la cementera y cuarta generación de la familia fundadora, explica que Cementos Molins no es accionista de Poplac “porque no invertimos en startups, sino en empresas ya consolidadas”.