El viernes comenzaron las elecciones en India, consideradas como un referéndum sobre Narendra Modi, el primer ministro populista que busca su reelección para un tercer mandato. Los votantes se presentaron temprano en los centros de votación en los primeros 21 estados convocados, desde las montañas del Himalaya hasta las Islas Andamán. Casi mil millones de personas elegirán a los 543 miembros de la cámara baja del Parlamento indio en unos comicios escalonados que durarán hasta el 1 de junio, con el recuento de votos programado para el 4 de junio.
Estos comicios son cruciales para India y pondrán a prueba el liderazgo político de Modi. Si gana, será solo el segundo mandatario indio en lograr un tercer mandato, después de Jawaharlal Nehru. La mayoría de las encuestas pronostican la victoria de Modi y su partido nacionalista hindú, el BJP, sobre una amplia alianza opositora liderada por el Congreso Nacional Indio y otras formaciones regionales.
El BJP controla gran parte del norte y centro del país, y busca expandirse en el este y sur. Su principal desafío está en el estado de Tamil Nadu, donde los votantes expresan preocupaciones sobre el aumento de precios, el desempleo y la polarización religiosa. Los comicios se llevan a cabo tras una década de liderazgo de Modi, durante la cual el BJP ha consolidado su poder con políticas hinduistas y desarrollo económico.
A pesar del crecimiento económico, muchos indios siguen experimentando dificultades financieras. La oposición espera capitalizar esta situación movilizando a los votantes en temas como el desempleo, la inflación y la corrupción. También critican a Modi por su supuesta falta de liberalismo y su enfoque nacionalista, que según ellos amenaza la democracia india y la secularidad del país.
En resumen, las elecciones en India representan un momento crucial para el futuro político y social del país, con Modi y su partido enfrentándose a críticas y desafíos por parte de la oposición.