cómo reaccionó el gobierno de Alberto Fernández

Durante el golpe de Estado más corto jamás conocido en estas décadas de la historia latinoamericana, El Gobierno argentino condenó a su manera la última desviación de Pedro Castillo. Es decir, lo criticó sin criticarlo en términos generales.

“Argentina lamenta y expresa su profunda preocupación por la crisis política que atraviesa la hermana República del Perú, y llama a todos los actores políticos y sociales a proteger las instituciones democráticas, el Estado de derecho y el orden constitucional”, se lee. un comunicado emitido por la Cancillería, que sin embargo, evitó mencionar la palabra golpe de Estado.. Fue tras conocerse la noticia que Castillo había resuelto disolver el Congreso, lo que finalmente terminó destituyéndolo.

Un texto similar al comunicado de la Cancillería fue leído este miércoles por Carlos Raimundi, embajador político del presidente Alberto Fernández ante la Organización de Estados Americanos (OEA), que suele tener posiciones fuertemente alineadas con el sector cristiano, aliado con el chavismo, el castrismo y al sandinismo.

Sin embargo, en el entorno cercano al canciller Santiago Cafiero remarcó que «condenaron claramente la actuación de Castillo por actuar fuera del orden constitucional”.

De hecho, el tono del gobierno es similar al del secretario general de la OEA, Luis Almagro, -con quien tiene una mala relación.

“Hoy en el Perú se alteró el orden constitucional. Transmito a @DinaErcilia nuestro apoyo a la democracia, la paz y la institucionalidad en el Perú y la urgente necesidad de reconstruir el camino democrático del país. Mis palabras de hoy en el Consejo Permanente de la @OEA_oficial”.

En Buenos Aires, en tanto, el embajador peruano Peter Camino Cannock, siguió la línea de los ministros Castillo que abandonaron el Gabinete apenas supieron de su suicida orden de cerrar el Congreso. “Dada la grave interrupción del orden democrático en el Perú, He presentado mi renuncia como Embajador del Perú en la República Argentina», escribió. Camino ahora espera, como sus colegas en todo el mundo, instrucciones de Lima porque la situación está a punto de «normalizarse» con el anuncio presidencial de la vicepresidenta Dina Boluarte, a quien Almagro felicitó.

A tu lado, El presidente Alberto Fernández postergó una reacción contra Pedro Castillo, uno de sus aliados regionales, a quien apoyó incluso antes de su reñida victoria electoral con la derechista Keiko Fujimori. Ambos se han reunido varias veces.

El presidente se centró este miércoles en montar un encuentro virtual de «solidaridad internacional» con Cristina Kirchner ante la reciente condena de la Justicia a seis años de prisión por hechos de corrupción.

El encuentro titulado «Voluntad Popular y Democracia» está previsto para el lunes 12 y participarán miembros del llamado Grupo de Puebla, como los expresidentes Evo Morales, Rafael Correa, José Mujica, José Luis Rodríguez Zapatero y Ernesto Samper.

La forma en que terminaron los acontecimientos en la crisis peruana sorprendió a Buenos Aires pero solo por la forma en que terminaron.

El Gobierno había formado parte recientemente del grupo de países que buscaban una salida al problema en el marco de la OEA. De hecho, Cafiero envió a su vicepresidente, Pablo Tettamanti, a la misión de países que buscaban evitar, paradójicamente, un golpe de Estado contra Castillo, que terminó dando el ahora expresidente.

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