Un asteroide potencialmente peligroso del tamaño de un rascacielos pasará con seguridad por la Tierra el domingo (11 de junio), acercándose a unos 3,1 millones de kilómetros (1,9 millones de millas) de nuestro planeta, unas ocho veces la distancia media entre la Tierra y la Luna, según NASA.
Apodado 1994 XD, se estima que el asteroide mide entre 1200 y 2700 pies (370 a 830 metros) de diámetro, lo que lo hace potencialmente tan grande como el Burj Khalifa de Dubai, el edificio más alto de la Tierra. Observaciones anteriores mostraron que la roca es un asteroide binario, compuesto por un gran asteroide con una «luna» más pequeña que lo orbita.
Si desea presenciar el acercamiento de la carnosa roca espacial usted mismo, puede ver una transmisión en vivo cortesía de la Proyecto Telescopio Virtualque transmitirá el sobrevuelo del asteroide el domingo a partir de las 8:50 p. m. EDT.
A pesar de que la roca espacial itinerante no llegará a nuestro planeta, la NASA todavía la clasifica como un asteroide potencialmente peligroso, dado su tamaño y relativa proximidad a la Tierra. Cualquier objeto de más de 460 pies (140 m) de diámetro que orbite dentro de 4,65 millones de millas (7,48 millones de km) de la Tierra, o aproximadamente 20 veces la distancia promedio entre la Tierra y la Luna, se considera potencialmente peligroso, como un ajuste inesperado a tal la órbita de un objeto podría enviarlo en curso de colisión con nuestro planeta.
Actualmente, ningún objeto conocido de esta magnitud corre el riesgo de golpear nuestro planeta por al menos los próximos 1.000 añosencontró un estudio reciente.
Sin embargo, en caso de que una gran roca espacial represente una amenaza directa para nuestro planeta, la NASA y otras agencias espaciales están trabajando en métodos para frustrarla. En 2022, la NASA completó su misión de prueba de redirección de doble asteroide, que estrelló intencionalmente un cohete contra un asteroide para alterar la velocidad orbital de la roca espacial. La misión no destruyó el asteroide por completo, pero demostró que los ataques frontales con cohetes son capaces de cambiar los parámetros orbitales de una roca espacial de manera significativa, lo que hace que misiones como esta sean un método viable de defensa planetaria, dijo la NASA.