Con alrededor de 20 mil corredores, se llevó a cabo la trigésimo novena edición del Maratón de la Ciudad de México

en los vagones del metro Ciudad de México se escuchan historias, como la de un hombre que corrió una media maratón pensando que era una carrera de 10 kilómetros. En esta desafiante prueba hay muchas más, cada participante tiene una, una percepción diferente en torno al evento. Va más allá del deporte, como un fenómeno masivo.

Con aproximadamente 20 mil corredores, la trigésima novena edición de la Maratón de la Ciudad de México. En una emotiva jornada se completó una de las pruebas más exigentes al recorrer 42 kilómetros y 195 metros.

Sin embargo, el incendio en la caldera del Estadio Olímpico Universitario es un recordatorio de su papel, como una de las competiciones por excelencia en los Juegos Olímpicos. Deportistas de élite persiguieron la trascendencia, en las exigentes calles de la capital de la república.

El etíope Amane Beriso Shankule consiguió la victoria, pero también esa epopeya a la que siempre, e inevitablemente, apelan los mejores del mundo. Con un tiempo de 2 horas 25 minutos y cinco segundos, estableció el mejor récord de la historia en la Ciudad de México, como ganadora absoluta en la categoría femenina.

(Créditos: Leslie Pérez)

El keniano Edwin Kiprop Kiptoo aparentemente también lo había logrado en la categoría masculina; sin embargo, las marcas oficiales determinaron que hizo 2 horas 10 minutos 48 segundos, solo 10 segundos más que el récord aún vigente, establecido por su compatriota Titus Ekiru (2h:10m:38s) en 2018.

“Estoy muy contenta. Muchas corredoras internacionales acudieron al llamado, se batió un récord en la rama femenina. Tenía que seguir a las mujeres, vi toda la carrera de Amane (Berso), y fue impresionante ver cómo venía. apagado”, dijo Raúl Paredes, director de la Maratón.

Edwin corrió prácticamente solo. Impresionantes zancadas de gigante, pura potencia en piernas no tan gruesas, pero muy fiables. Denotaba cansancio y una sonrisa de satisfacción, cruzar frente a Palacio Nacional, frente a la bandera en la plaza principal de la capital.

“Aquí se termina de correr con las piernas y se empieza a correr con el corazón”, se leía en una pancarta fosforescente, en el último km del recorrido.

Pero no solo con las piernas, sino también con los brazos (silla de ruedas) y no siempre solo, sino también acompañado (baja visión y ceguera). El inicio es escandaloso, pero no tanto como la llegada. El ruido avanza al ritmo de los pelotones y aumenta en momentos puntuales, efusivas expresiones de los corredores.

Un hombre vestido de azteca, jóvenes envueltos en banderas, uno que otro perro (siempre menos cansado que su amo) y un hombre completamente vestido de blanco, anciano, con un manto de la Virgen de Guadalupe.

La mirada de los participantes es penetrante e inspiradora. Comparten un objetivo y una ilusión, son una especie de familia.

DENTRO DE LA PRUEBA

  • Eloy Sánchez fue el mejor corredor mexicano: terminó en octava posición (2h:19:52s).
  • Margarita Hernández fue la azteca más destacada (5° lugar, 2h:42m:11s).
  • Francisco Sanclemente (silla de ruedas) logró el tiempo más bajo con 1h:34m:32s.
  • Brenda Osnaya logró el primer lugar (silla de ruedas femenina), con 2h:06m:39s.
  • El director Raúl Paredes y los atletas consideraron que las condiciones (climáticas) eran perfectas.
  • El récord anterior de la categoría femenil en la CDMX era de 2h:27m:22s.
  • Apenas hubo 109 segundos de diferencia entre el ganador y el segundo (masculino).
  • Amane Beriso Shankule recibió un bono de 550 mil pesos, por establecer un nuevo récord.
  • Corredores rarámuri también participaron en el Maratón de la CDMX.
  • 550 mil pesos fue el premio para el ganador de cada sucursal.

CAMARADA

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