Con la llegada del invierno, Europa fija un precio máximo al que comprará el gas

Los 27 ministros de Energía de la Unión Europea aprobaron un mecanismo para evitar que, como en agosto, tengan que pagar cifras históricas.

La Unión Europea está dando la vuelta como un calcetín a la forma tradicional de funcionamiento de los mercados mundiales de hidrocarburos. Por primera vez en la historia será el importador y no el exportador quien fije el precio. Los europeos consideran que su papel en el mercado internacional del gas es tan importante que pueden forzar la mano de los exportadores.

Los 27 ministros de Energía de la Unión Europea aprobaron este lunes un mecanismo para evitar, como en agosto, hay que pagar cifras históricas por el gas importadoque superó los 350 euros por MWh en el mercado de futuros holandés TTF, el de referencia en Europa.

Si los precios vuelven a dispararse y se activa la nueva herramienta (llevará tres días seguidos con el gas marcando por encima de los 180 euros el MWh y a la vez siendo 35 euros superior al precio medio internacional), Los europeos solo pagarán esos 180 euros o, si esos 180 euros son inferiores al precio medio internacional, dicho precio medio internacional más 35 euros.

Esos 35 euros adicionales se consideran una garantía para evitar que los metaneros tomen otros rumbos.

El comisario europeo de Energía Kadri Simson en una reunión de ministros de energía de la UE en Bruselas. Foto AP

el acuerdo

El pacto para crear esta herramienta, conocida como “mecanismo de corrección del mercado”Tomó meses. Desde el pasado verano los ministros de Energía del 27 se habían reunido en seis ocasiones para acabar siempre dejándolo para otro día. La ira era gorda. La mayoría de los Estados miembros querían establecer un precio máximo al que Europa pagaría por el gas importado.

Alemania, Austria y los Países Bajos se negaron porque, afirmaron, esto pondría en riesgo el suministro. Si se pusiera un precio y se pagara más gas en otros mercados, los exportadores se olvidarían de Europa y los metaneros irían a Asia.

No importaban los mecanismos de corrección ni las salvaguardias para evitar esta desviación. Cada reunión termina igual con el NEIN alemán apoyado por los holandeses y austriacos.

Llegó el otoño y Alemania empezó a ceder, pero parecía más por guardar las formas que por convicción. Los 27 confiaron entonces a la Comisión Europea una propuesta formal. La comisionada de energía Kadri Simson, quien durante semanas había dicho que tal idea era impracticable, tuvo que ceder. Pero ella sólo la punta.

Simson, con Ursula Von der Leyen de Alemania y Frans Timmermans de los Países Bajos mirando por encima del hombro, propuso un mecanismo prácticamente inútil. «Una burla», en palabras de Rivera.

La propuesta de la Comisión Europea preveía que el tope solo podía activarse si el gas en el mercado de futuros holandés, el TTF de referencia en Europa, superaba los 275 euros por MWh durante 14 días consecutivos. Un imposible.

Negociaciones

La propuesta de Simson, que muchos gobiernos tomaron como una afrenta, tuvo el efecto contrario: la presidencia semestral checa dejó de lado los papeles de la Comisión Europea y Presentó su propia propuesta hace dos semanas.

La Unidad Flotante de Almacenamiento y Regasificación (FSRU) en Wilhelmshaven, Alemania. Foto Reuters

La reunión de la semana pasada abrió una grieta. Alemania cedió. Holanda, Hungría y Austria no suman una minoría de bloqueo suficiente para evitar el acuerdo, por lo que ahora se sabía que habría un tope de gasolina y solo faltaba el detalle más político, fijar el precio.

La cumbre europea del pasado jueves dio la orden de poner fin a los juegos y pidió a los ministros que «finalizar» la negociación». Todo estaba listo para este lunes.

Tras menos de ocho horas de negociaciones, 24 Estados miembros votaron a favor del mecanismo, que prevé su activación cuando el precio del gas en la TTF supere los 180 euros durante tres días consecutivos.

Una rebaja sustancial respecto a la propuesta de la Comisión Europea, que hace menos improbable su activación y que, por ejemplo, habría servido el pasado mes de agosto, cuando los europeos vieron cómo los precios del gas tenían un efecto de segunda vuelta que disparó la inflación.

En la votación, Alemania se sumó a la mayoría, Austria y los Países Bajos se abstuvieron y sólo Hungría votó en contra.

PB​

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