España, el segundo país del mundo con más muertos por coronavirus, detendrá todas «las actividades no esenciales» durante dos semanas para prevenir aún más la propagación de la enfermedad. La medida regirá desde el 30 de marzo hasta 9 de abril, según anunció este sábado el presidente Pedro Sánchez.
El mandatario dijo que la medida se aprobará en un consejo de ministros extraordinario este domingo, y explicó que su objetivo es reducir «aún más la movilidad de las personas» y ayudar a descongestionar los hospitales.
En una conferencia desde La Moncloa, Sánchez explicó que esta medida de carácter excepcional supondrá que todos los trabajadores de actividades no esenciales “deberán quedarse en casa” a partir de este lunes para lo que tendrán un permiso retribuido recuperable y recibirán su salario con normalidad.
En tanto, seguirán activos los sectores esenciales: alimentación, sanidad y energía, al igual que los trabajadores de medios de comunicación.
El mandatario español explicó que los trabajadores deberán recuperar las horas «de manera paulatina» cuando pase este período de cese de actividad y advirtió que quedan «días muy duros» por la pandemia del coronavirus y es necesario «intensificar la lucha».
«Estamos afrontando las horas más duras, las horas más tristes, las horas más amargas», dijo en su discurso. Sánchez también planteó la necesidad de promover en Bruselas la emisión de bonos europeos para financiar los esfuerzos económicos realizados contra la pandemia en el continente, una idea frenada esta semana por Alemania y Holanda.
Según el mandatario hace falta «un plan Marshall, un plan de reconstrucción europeo», que se puede financiar mediante los «instrumentos de mutualización de la deuda» que propone junto a Italia, el país más afectado por la enfermedad.
Europa ya se convirtió en el continente más afectado por la enfermedad, con 20.059 muertes en la región, más de dos tercios del total mundial. Italia, con más de 10.000 víctimas fatales, y España, con 5690, son los más castigados.
El gobierno español informó de la muerte de 832 personas en las últimas 24 horas, un récord, después de que Italia batiera su propio registro con casi 1000 muertos.