Crisis de fentanilo | El Heraldo de México

El fentanilo ha acaparado los estragos de la guerra contra el narcotráfico, así como ha representado el punto de inflexión hacia la ruptura de la relación entre México y Estados Unidos, que se ha visto mermada en medio de la culminación de un mes repleto de mensajes directos. del Capitolio por influyentes legisladores y funcionarios que buscan no solo mitigar la situación, sino incluso tomar medidas militares en territorio mexicano, pues se estima que al menos nueve de cada diez decomisos se realizan en la frontera sur.

El fentanilo está detrás de una crisis de salud pública teñida de epidemia, que se cobró la vida de decenas de miles de estadounidenses. Sin embargo, a pesar de que es un problema que parece tener su origen en México, en realidad no es más que la consecuencia de prácticas abusivas por parte de farmacéuticas estadounidenses que, por el momento, han comenzado a socavar la relación. entre ambos países y la soberanía mexicana.

Ante esto, una de las respuestas del presidente, Andrés Manuel López Obrador, residió en proponer la prohibición del fentanilo para uso médico como una de las posibles soluciones. Sin embargo, esto generó dudas entre los especialistas sobre la efectividad de esta medida para combatir el crimen organizado, aunado a que temen que pueda generar más problemas en el ámbito de la salud.

Cabe señalar que estas circunstancias se agravaron en la medida en que coincidieron con el crimen contra cuatro estadounidenses en Matamoros, lo que provocó una serie de reacciones de los republicanos en el Capitolio, quienes exigieron el envío de tropas a México, así como la clasificación de los grupos narcotraficantes como terroristas.

Lo anterior, si bien se defiende porque se supone que es la medida idónea para presionar al gobierno mexicano, en realidad es una solución errónea, ya que no solo no mejorará la capacidad de los Estados para atender el problema, sino que al final es algo inútil, ya que los mecanismos de acción de las redes del narcotráfico difícilmente se asemejan a los de los terroristas. A su vez, categorizarlos de esta manera solo continuará con la estigmatización de los mexicanos como una amenaza para la seguridad de Estados Unidos, lo cual tiene mucho que ver con el trasiego de armas.

Por otro lado, vislumbró la posibilidad de utilizar las Fuerzas Armadas estadounidenses para acabar con los cárteles mexicanos. Sin embargo, considerar que es una opción acertada es un grave error. Porque la idea de que EE.UU. actúa unilateralmente en México es evidentemente contraria al derecho internacional y al paradigma de la responsabilidad compartida, ambos temas medulares de la relación.

En tales circunstancias, vale la pena reflexionar sobre el cese de las rencillas entre las dos naciones que, desde un principio, han consistido en culpabilizar a la otra. Estamos en un momento clave en materia de política exterior, donde asumir una responsabilidad compartida parece ser la única forma de encontrar una solución.

EMILIO SUÁREZ LICONA
CONSULTOR Y PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD PANAMERICANA
@EMILIOSL

LSN

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