Cubanos aguardan sentencia tras manifestaciones en la Isla

Miles de cubanos protestaron el 11 y 12 de julio exigiendo la libertad, el fin de la dictadura inmersos en una calamitosa situación económica que desencadenó una violenta ola de represión

Estas fueron las protestas más grandes en décadas y algunas terminaron en enfrentamientos desproporcionados con la policía política. La detención de cientos de personas provocó críticas del régimen y de organismos internacionales que vieron en la actuación de las autoridades una reacción a las críticas, algo que la dictadura castrista rechazó.

Desde principios de 2022 se han reportado seis procesos judiciales colectivos, la mitad de ellos semana la última y la otra en ésta: dos en La Habana, dos en Mayabeque —la segunda de ellas en esta ciudad debía terminar entre jueves y viernes—, una en Santa Clara y otra en Holguín —en las que se imponen las sanciones más severas de 30 años En todos estos juicios hay un total de 102 imputados.

Entre los detenidos se encontraban seis miembros de la familia Román, tres hermanos (los hombres Yosney, de 25 años, y Emiyoslán, de 18, y la mujer Mackyanis, de 24) y tres de sus primos.

Hasta el momento, solo uno de los primos ha sido liberado tras 22 días de prisión y pagando una multa equivalente a 2.000 pesos cubanos (83 dólares al cambio oficial). Se le acusó del delito de propagar una epidemia, ya que no se pudo probar que agredió a la Policía durante las protestas.

Yosney, albañil de oficio, la Fiscalía exigió 20 años de prisión durante la audiencia de esta semana; A Emiyoslán, estudiante de técnico mecánico, le rebajaron el requisito inicial de 15 a ocho años. Mackyanis, quien era ama de casa, aún no tiene fecha de juicio.

“Cuando comenzó (el juicio) trajeron a un familiar por cada imputado… Estaban muy molestos (todos los imputados) porque los testigos de la policía oficial argumentaron cosas que no se dijeron al principio”, dijo María Carla Milan. AP, esposa de Yosney Román y quien pudo ingresar esta semana a la audiencia, en la que fueron procesadas un total de 23 personas, la mayoría del popular barrio La Güinera, donde se desarrollaron las protestas del 12 de julio y en la reyerta murió un manifestante.

Los hermanos Emiyoslán y Yosney iniciaron las audiencias acusados ​​de sedición, desórdenes públicos y atentado, pero Milán indicó que al final eliminaron al primero, sin saber los motivos.

El delito de sedición es el que conlleva la pena más alta, con hasta 30 años de prisión como se solicitó la semana pasada para los imputados de la provincia de Holguín. En el Código Penal se castiga incluso con la pena de muerte, pero esta pena está de hecho en moratoria en la isla.

“Reconocen que fue un error haber tirado piedras a la policía”, dijo Milán sobre su esposo y otros familiares.

«Se arrepienten de lo que hicieron, se fueron por una ‘estafa’ (intempestivamente), no tienen antecedentes penales, no son delincuentes, no habían tenido problemas antes», agregó Milán al narrar lo expresado por los acusados ​​ante los jueces. .

“Esta cantidad de años es un abuso”, dijo la mujer sobre las penas que podrían recibir.

Las manifestaciones en Cuba, los arrestos violentos y las detenciones posteriores llamaron la atención internacional. Muchos de los ciudadanos que salieron a las calles —en varios puntos de la capital y en provincias— no tenían militancia política previa.

El régimen reconoció que algunas de las demandas fueron justas y dijo que la crisis económica es resultado tanto de la pandemia del COVID-19 como de las sanciones de Estados Unidos, que busca asfixiar a la isla para presionar un cambio de modelo. También acusaron a Washington y grupos de interés del exilio en Florida de utilizar las redes sociales para promover protestas y utilizarlas contra el gobierno cubano.

Sin embargo, algunos de los manifestantes se opusieron abiertamente, como el dramaturgo Yunior García —detenido, liberado y que luego partió a España tras convocar una marcha que no tuvo lugar en noviembre— o la escritora María Cristina Garrido, que es una de las los juzgados esta semana en Mayabeque.

Salomé García, activista de Justicia 11J, organización que sistematiza los nombres de los presos y da apoyo a las familias, dijo a AP que las personas procesadas en estos meses ascenderían a más de 400, contando los seis juicios de esta semana. Dijo que unas 1.300 personas fueron arrestadas y registradas por su grupo. Nueve fueron despedidos y 99 más recibieron una multa.

El régimen no informó el número total de detenidos. En agosto, un funcionario indicó que se habían llevado a cabo 23 juicios sumarios a 67 imputados por delitos menores, pero no mencionó los procesos ordinarios, como los seguidos por los hermanos Roman y sus primos.

También se desconoce cuándo los tribunales podrían dictar sentencias contra los acusados.

Odlanier Rodríguez, de 23 años y primo de los romanos que quedó en libertad a los 22 días de haber pagado la multa, dijo que no participó de ningún enfrentamiento con la policía en las manifestaciones de julio y aseguró que ni él ni sus familiares tienen militancia. política.

“Yo nunca había visto eso en mi vida, me paré en la esquina a mirar”, dijo Rodríguez a la AP sobre ese día. “La gente misma para mí, se tiraba (a la calle) porque seguían las colas y todo eso (la escasez) de comida”.

Los seis miembros de la familia fueron detenidos dos días después de las manifestaciones. Durante el juicio, las autoridades mostraron videos de su participación y de las agresiones a la Policía.

Días después de las protestas, el dictador Miguel Díaz-Canel visitó la colonia La Güinera y se reunió con miembros de grupos vecinales afines al régimen para anunciar un plan para reactivar la zona con programas sociales que incluyen arreglo de calles e infraestructura.

Para García, activista del 11J de Justicia, los juicios son “ejemplares”, es decir, buscan enviar un mensaje a la ciudadanía para que no se movilice. De las miles de personas que protestaron, solo un grupo está siendo juzgado con penas severas que incluyen cargos de sedición, dijo.

En La Güinera casi todos fueron acusados ​​de sedición, aunque no hubo saqueo de comercios, mientras que en Matanzas, donde incluso se rompieron cristales y volcaron patrullas, no se impuso ese cargo. En Cienfuegos no se realizaron juicios y solo se impusieron multas, reflexionó García sobre la falta de uniformidad de la Fiscalía.

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