En los últimos 75 años, su dominio sólo se vio interrumpido por el triunfo electoral en 2008 del ex obispo Fernando Lugo.
Como quizás nunca en su historia, la victoria de Santiago Peña en las elecciones de este domingo confirma el formidable poder de movilización del aparato del Partido Colorado.
Luego de una dura campaña marcada por divisiones dentro del oficialismo y denuncias de corrupción contra el titular de la ANR y padrino político de Peña, Horacio Cartes, el triunfo del economista de 44 años significa que el Partido Colorado mantendrá su histórico precedente. eminencia en la política paraguaya: en los últimos 75 años, su dominio solo fue interrumpido por la victoria electoral en 2008 del ex obispo Fernando Lugo.
“La contundente victoria del Partido Colorado demuestra que tiene licencia para matar, y que es inmune a cualquier crítica. Un partido con una tremenda vocación de poder que es imbatible en las elecciones”, explica la exdiputada y actual consultora política. , Sebastián, a Clarín. Acha.
Con un número de afiliados que los cálculos más conservadores sitúan entre 1 y 1,2 millones de personas, el Partido Colorado tiene un piso de partida aproximado cerca del 25% de los votos de un registro de alrededor de 4,8 millones de votos. En un escenario como el de este domingo, esos números muestran cuánta ventaja tiene un candidato de Colorado en cualquier elección presidencial.
El inicio del dominio histórico del Partido Colorado se remonta a 1947, cuando tomó el poder durante la guerra civil paraguaya a manos de Higinio Morínigo. En 1954, Alfredo Stroessner tomó el poder, quien inició una dictadura que contó con el apoyo de las Fuerzas Armadas a un sector del Partido Colorado, al que se adhirió Stroessner en 1951.
La dictadura duró hasta 1989, cuando un golpe militar liderado por Andrés Rodríguez lo derrocó. Rodríguez se postuló como candidato por el Partido Colorado y se convirtió en presidente. La única derrota de la ANR en este período fue en 2008, cuando Fernando Lugo ganó las elecciones.
Consumada la victoria, Santiago Peña tiene ahora la tarea de solidificar su perfil político. Desde el momento en que reemplace a Mario Abdo Benítez como nuevo presidente de Paraguay el 15 de agosto de 2023, Peña deberá enfrentar los desafíos de la gestión y el interrogante de qué hacer con su mentor, Horacio Cartes, quien se fortalece dentro del Partido Colorado..
Entre los temas en el horizonte, el reclamo por una mejora en los servicios públicos, especialmente en salud, la renegociación por parte de Itaipú y la relación con Taiwánaparecen como los más urgentes.
Peña cerró su campaña rodeado de personal de salud pública, a quien prometió mejoras para el sector. Si bien la salud pública es considerada una deuda histórica del Estado paraguayo, la indignación que acusaciones de corrupción por las compras de insumos médicos durante la pandemia mientras miles de personas veían morir a sus familiares han convertido el tema en uno de especial relevancia.
A nivel internacional, la renegociación de Itaipu con Brasil será un gran desafío para la política exterior del gobierno de Peña. En la carpeta estará no solo el tema del Anexo C, referente al costo de la energía, sino también ¿Cómo será la integración energética con Brasilia?
La presión del sector agropecuario por establecer relaciones diplomáticas con China para poder vender sus productos surgió en las últimas semanas de la campaña como tema destacado. Peña ha dicho que valora la relación con Taiwán ya que ambos países están unidos por «valores democráticos comunes», pero queda por ver cómo maneja las tensiones asociadas a los reclamos de dos sectores esenciales de la economía paraguaya.
Suposición. La entrega especial