La «socialité» de 59 años se declaró inocente de los seis cargos en su contra, incluido el tráfico de menores con fines sexuales. Si el jurado la declara culpable, enfrenta 80 años de cárcel.
La abogada de Maxwell, Laura Menninger, acusó a Jane de discrepancias entre la historia que inicialmente les contó a los agentes del orden en diciembre de 2019 y el testimonio que dio el día anterior.
Menninger trató de arrinconarla diciendo que en ese momento no estaba segura de si Maxwell la había tocado o besado, a diferencia de su vívido relato ante el jurado el día anterior sobre la participación de Maxwell en masajes eróticos, sexo grupal y abuso con Epstein.
La estrategia de la defensa fue presentarla como una actriz que había aprendido el papel durante este tiempo para realzar el drama.
En el turno de la fiscalía, la fiscal Allison Moe le preguntó si estaba «actuando aquí hoy».
«No», respondió Jane, antes de agregar que en su primer interrogatorio con los agentes le fue difícil contarle a extraños «el secreto más vergonzoso y profundo que había llevado toda su vida», y no reveló todos los detalles.
Entre lágrimas, dijo que poco a poco se sintió más preparada para contar su historia y «empezó a sentir que podía confiar» en los agentes del gobierno.
«Esto es algo que he llevado toda mi vida. Estoy cansada», dijo.
En el primer interrogatorio de la fiscalía, Jane contó que había conocido a Epstein y Maxwell en un campamento de verano de arte en Michigan en 1994, cuando tenía 14 años.
Durante el interrogatorio del miércoles, la fiscalía le preguntó sobre las acusaciones de la defensa que estaba testificando porque pensó que podría ayudarlo a recibir dinero.
Jane respondió que no tenía ningún interés económico en dar su testimonio ya que recibió $ 5 millones del Fondo Epstein, aunque después de deducir los gastos legales esa suma se mantuvo en 2,9 millones.
Luego rompió a llorar escondiendo su rostro en un pañuelo. Cuando recuperó la compostura, dijo que lo que quería era «cerrar de alguna manera» este capítulo de su vida.
«Me imagino que en este país lo único que puedes conseguir es una compensación por intentar seguir adelante con tu vida».
«Espero que esto haya terminado», zanjó.