BioNTech anunció el lunes un acuerdo para proporcionar 10 millones de dosis de su vacuna contra el coronavirus a Taiwán, aliviando una grave escasez allí y poniendo fin a meses de estancamiento derivado de la complicada relación de la isla autónoma con China, que considera a Taiwán parte de su territorio.
El trato es complicado y refleja la delicada aguja que hubo que enhebrar.
Las vacunas serán compradas y luego donadas al gobierno de Taiwán por dos de los titanes corporativos más prominentes de la isla: Foxconn, un importante ensamblador de iPhones de Apple; y TSMC, que fabrica los chips de vanguardia en los últimos dispositivos de Apple, junto con la Fundación YongLin, una organización benéfica creada por el fundador de Foxconn, Terry Gou.
Las inyecciones serán vendidas por Fosun Pharma, la compañía de Shanghai que es el socio de fabricación y distribución de BioNTech para China continental, Hong Kong, Macao y Taiwán. (El socio de BioNTech en otras partes del mundo, incluido Estados Unidos, es Pfizer).
Y oficialmente, el comprador será Zuellig Pharma, una empresa de propiedad suiza a la que Foxconn, TSMC y YongLin han confiado la tarea. El New York Times informó el mes pasado que habían tenido lugar discusiones sobre un acuerdo que incluiría a Zuellig, que ya está trabajando con Moderna para suministrar la vacuna contra el coronavirus de esa compañía en el sudeste asiático, Hong Kong, Macao y Taiwán.
Durante gran parte de este año, parecía que los esfuerzos de Taiwán por adquirir vacunas de BioNTech, una empresa alemana, habían sido víctimas de las tensiones políticas con China. Los funcionarios taiwaneses dijeron que habían negociado con BioNTech durante meses antes de que una «intervención china» no especificada hiciera que las conversaciones encallaran. Los funcionarios de Beijing lo negaron y dijeron que, dada la asociación de BioNTech con Fosun, Taiwán no debería haber estado tratando directamente con la farmacéutica alemana en primer lugar.
Los funcionarios chinos se han ofrecido a donar vacunas fabricadas por empresas chinas y han dicho que los taiwaneses pueden vacunarse en China. Pero la ley taiwanesa prohíbe la importación de vacunas fabricadas en China, y las encuestas de opinión muestran que muchas personas en Taiwán desconfían de ellas. Hasta ahora, la isla ha administrado las primeras dosis de vacuna a alrededor del 15 por ciento de sus 23,5 millones de habitantes. Muchas de esas vacunas fueron donadas por Japón o Estados Unidos.
Foxconn, TSMC y YongLin buscaron tranquilizar al público taiwanés en una declaración conjunta el lunes, diciendo que las vacunas BioNTech que estaban comprando serían importadas directamente de fábricas en la Unión Europea y llevarían el etiquetado original. Se espera que los disparos lleguen a fines de septiembre como muy pronto, según el comunicado.
El Sr. Gou de Foxconn escribió en su página de Facebook que el gobierno de Beijing no había dirigido la compra ni interferido en ella en absoluto.
Los funcionarios de salud de Taiwán expresaron su gratitud por el acuerdo el lunes. Un portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán de China también elogió el acuerdo, aunque agregó que si el gobierno de la isla «hubiera considerado la vida, la salud y el bienestar de los compatriotas de Taiwán, este problema podría haberse resuelto antes».