Las declaraciones de González tienen lugar pocos días después de que hayan transcurrido tres meses desde que el régimen de Caracas decidió interrumpir el diálogo con la oposición que realizaba en Ciudad de México en represalia por la extradición del presunto testaferro de Maduro, Alex Saab, uno de sus aliados y considerado por Washington como testigo clave en los casos de corrupción contra Venezuela que se ventilan en Miami y otras ciudades del país.
Saab, extraditado de Cabo Verde a Estados Unidos, fue designado por Caracas como diplomático en esas negociaciones. Se cree que el régimen venezolano ha llevado a cabo múltiples tratos presuntamente corruptos con él. Su extradición tensó aún más las relaciones entre los dos países y, en respuesta, Caracas devolvió a prisión a seis ejecutivos petroleros estadounidenses que estaban bajo arresto domiciliario.
Las declaraciones de González también se dan días después de la victoria de la oposición a la gobernación en el estado natal del fallecido expresidente Hugo Chávez, Barinas. Sergio Garrido derrotó al excanciller de la dictadura Jorge Arreaza, en cuya campaña participaron altos funcionarios del oficialismo en un intento por mantener el control en ese bastión chavista.
Durante la administración estadounidense anterior, el presidente Donald Trump implementó numerosas sanciones económicas y restricciones de visa contra funcionarios venezolanos como una forma de ejercer presión para derrocar a Maduro. Al asumir el poder, la administración demócrata del presidente Joe Biden buscó crear consenso con la comunidad internacional para continuar con esas sanciones y al mismo tiempo fomentar el diálogo, pero también ha dejado en claro que el destino de Venezuela está en manos del Sur. nación americana. .
Para Estados Unidos, la última elección democrática en Venezuela fue la de la Asamblea Nacional, en 2015.
Al igual que Trump, Biden ha reconocido al líder opositor del Congreso, Juan Guaidó, como presidente interino de Venezuela.
“Seguimos reconociendo a Guaidó, pero lo más importante es que estamos en apoyo a esos venezolanos que quieren democracia”, dijo González, uno de los principales asesores de Biden en temas latinoamericanos. “Para eso las dos partes tienen que sentarse a la mesa, llegar a un acuerdo que resulte en pasos ambiciosos, irreversibles y concretos que lleven al país en esa dirección” (elecciones democráticas), dijo en referencia a las negociaciones.
Sin embargo, no especificó qué resultados concretos le gustaría ver al gobierno estadounidense como resultado del diálogo.
González explicó que a diferencia de Trump, quien consideró las sanciones como una estrategia en sí misma para estrangular al gobierno de Maduro, para la administración de Biden las sanciones son herramientas utilizadas como parte de una política más amplia coordinada con otros socios internacionales, entre ellos la Unión Europea y Canadá.