En días pasados, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, participó yl Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, donde se han reunido desde hace mucho tiempo representantes de grandes empresas internacionales, así como los principales líderes de las economías más avanzadas del planeta, para abordar los desafíos sociopolíticos que enfrenta la humanidad desde una perspectiva global. Justo en este punto, una de las presentaciones que se robó el protagonismo del evento internacional fue la participación que le correspondió al jefe de Estado colombiano.
En su intervención se refirió a la urgente necesidad de generar consensos internacionales sobre la emergencia global que cada día crece aceleradamente y está devastando no solo las economías, sino también los recursos naturales del mundo entero. “La ambición del modelo capitalista que se desarrolló hace 40 años no ha podido detener la crisis climática, en gran parte porque sus intereses no están ligados a la conservación de los recursos naturales”.
Desde la perspectiva de Petro, el proceso histórico del capitalismo extremo ha sido el que no ha logrado modificar sus esquemas de funcionamiento, de acuerdo con las necesidades del mundo actual, lo que no sólo priva a las nuevas generaciones de tener un mundo más armónico y limpio, sino también amenaza con extinguir toda posibilidad de desarrollo para la mayoría de las naciones.
Pero hay algo aún peor, la nula capacidad que tiene la mayoría de los países en desarrollo para sumarse a esta ola de inversión en generación de energía limpia. No hay forma de que las pequeñas naciones económicamente limitadas ingresen al mercado de creación de energía sostenible sin endeudarse.
Esta nueva forma de acción colectiva ha sido bautizada como capitalismo descarbonizado, haciendo una clara alusión a la tremenda necesidad y apego que tienen las personas de generar riqueza, a través de procesos contaminantes, a través de los combustibles fósiles. Por tanto, el mecanismo inverso para generar riqueza sería el capitalismo sin este tipo de procesos nocivos. En palabras de Petro Urrego, “el capitalismo descarbonizado debe ser capaz de reconstruir el poder de planificación de las naciones articulado a la planificación multilateral”.
Y es que, desde su punto de vista, la actual coyuntura económica mundial aborda temas globales de productividad e innovación tecnológica en las cadenas de suministro y comercialización, a través de organismos internacionales como el FMI o el BM, pero este mecanismo no es capaz de reproducirse. de igual manera para la preservación del medio ambiente. “El capitalismo descarbonizado tendría que conseguir el acuerdo climático para buscar sin rodeos la reducción del consumo de carbón, petróleo y gas, hasta llegar a cero emisiones en el corto plazo…”.
Y es pertinente la pregunta que ha planteado la reflexión del presidente colombiano: ¿Es posible el capitalismo descarbonizado? En la viabilidad radica la rentabilidad de conservar los recursos naturales, ya que la humanidad podría subsistir sin el capitalismo, pero éste no podría subsistir sin la humanidad. Se requieren acciones inmediatas para cambiar el sombrío futuro que se avecina, el tiempo se acaba.
¡Al final, lo irónico es que parece más fácil hablar del fin del mundo que de la decadencia del capitalismo desregulado!
Luis Miguel Martínez Anzures
Presidente del Instituto Nacional de Administración Pública
MAÍZ
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