Además, al menos 380 personas resultaron heridas por la violencia que se suscitó en la Zona Verde de la capital iraquí, un perímetro de alta seguridad que alberga ministerios y embajadas, según esta fuente.
Tras una noche tranquila, al amanecer se reanudaron los enfrentamientos entre seguidores de Sadr y el Ejército y hombres del grupo Hashed al Shabi (Unidades de Movilización Popular, PMU), antiguos paramilitares proiraníes ahora integrados en las fuerzas regulares.
Armas automáticas y disparos de cohetes desde la Zona Verde resonaron en todo Bagdad, informaron corresponsales de AFP. El gobierno iraquí anunció que el toque de queda vigente desde la noche del lunes en todo Irak se mantendría el martes. Las escuelas, las administraciones y las tiendas estaban cerradas.
Solo un puñado de vehículos se aventuró por las calles de Bagdad, donde el ejército y la policía se aseguraron de que se respetara el toque de queda.
Políticos religiosos que inflaman a sus seguidores
La Zona Verde se sumió en el caos el lunes después de que el clérigo altamente influyente Moqtada Sadr anunciara su «retiro definitivo» de la política. Varios miles de sus seguidores se precipitaron a la Zona Verde e invadieron el Palacio de la República, donde se reúne el consejo de ministros. Las fuerzas de seguridad los dispersaron a golpes de porra y gases lacrimógenos.
Por la tarde se escucharon los primeros disparos. Posteriormente, la situación se envenenó aún más, con los seguidores de Sadr enfrentándose al ejército y a los ex paramilitares de Hashed al-Shabi con armas de fuego.
Irak está inmerso en una crisis política desde las elecciones legislativas de octubre de 2021. Las fuerzas políticas chiítas, especialmente la de Moqtada Sadr, no han podido ponerse de acuerdo sobre un nuevo primer ministro y un nuevo gobierno.
Jov (afp, efe)