El desenlace de Bolsonaro | El Heraldo de México

«No toleraremos la violencia contra los niños, la deforestación y la degradación ambiental, que ya le han hecho tanto daño al país». Lula da Silva

Como mencioné en la primera entrega de este año, la polarización en Brasil seguirá siendo una constante y un desafío durante el tercer mandato de Luiz Inácio, Lula, da Silva. Así quedó en evidencia el pasado domingo cuando miles de fanáticos seguidores de Jair Bolsonaro, el expresidente ultraderechista, no supieron asimilar la contundente derrota en las urnas de octubre pasado y asaltaron la sede del Congreso, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio Presidencial. . del Planalto, causando destrozos a su paso, rompiendo obras de arte, muebles y vidrieras e incluso sustrayendo el texto original de la Constitución de 1988, causando conmoción en todo el país amazónico.

Estos actos de vandalismo promovidos por su líder populista, además de los atropellos que provocaron en edificios gubernamentales y en las calles de Brasilia, revelan el peligro del populismo no solo para la sociedad, sino también para la democracia misma. No olvidemos que el eslogan de campaña de Bolsonaro en esta contienda fue: “prisión, muerte o victoria”. Leyenda que deja claro los próximos pasos de él y su afición, quienes creyeron fielmente que en esta campaña solo su victoria sería legal, la derrota significaría mandar al carajo a las instituciones brasileñas.

En ese sentido, la actuación de los seguidores de Bolsonaro no resultó tan sorprendente, ya que en las ocasiones en que su líder fue increpado por decisiones -claramente- adversas al país como la depredación de la Amazonía o por dichos discriminatorios o racistas, ellos siempre salían en su defensa de forma virulenta. Sin embargo, el hecho de que la juramentación de Lula da Silva el primer día de este año se haya producido en paz tranquilizó al presidente brasileño y a su gabinete, que no esperaban esta airada respuesta de los «bolsonaristas», que siguen creyendo que las elecciones fueron robados».

La buena noticia para los brasileños es que Bolsonaro se fue y sus seguidores son cada vez menos. El gigante sudamericano retoma la senda que lo caracterizó durante tanto tiempo como motor sudamericano al regresar a organismos internacionales y regionales en distintos ámbitos. También es sumamente importante identificar a líderes populistas como Jair Bolsonaro para no dejar que lleguen al poder y desde allí socaven el medio ambiente, las instituciones y la sociedad.

Hoy Lula da Silva puede tener el mayor desafío de su vida política, unir a una sociedad brasileña herida y dividida, desmantelar la idea de que el populismo es el camino para alcanzar y consolidar el poder, y demostrar que en su mandato gobierna para todos y para todos. será responsable en su dirección. El mayor problema de los líderes populistas es que no se dan cuenta de que las palabras no son inocuas y que pueden provocar un odio inusitado entre sus seguidores y que eso divide al público. Un buen comienzo para Lula será castigar a los responsables y, sobre todo, mantener la moderación.

POR ADRIANA SARUR
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@ASARUR

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