Japón ha sido el único país de la historia que ha sufrido ataques nucleares en Hiroshima y Nagasaki para poner fin a la Segunda Guerra Mundial (WWII) por parte de Estados Unidos, hoy su principal aliado y defensor. Desde entonces, Japón ha adoptado una constitución pacifista y hoy tiene una democracia sólida. Tu ejército es una fuerza defensiva, ya que tu constitución te impide declarar la guerra para resolver conflictos. La pregunta es si se le impide fortalecer sus defensas y tener armas nucleares disuasorias.
Japón mantiene hoy una posición ambigua sobre el desarme nuclear, aunque en el pasado ha sido un activo promotor. Rompiendo con la tradición, Japón está duplicando su gasto en defensa, lo que lo convertirá en el tercer mayor gastador de armas del mundo. Japón actualizó su estrategia de seguridad nacional para poder desarrollar capacidades de contraataque en territorio enemigo. Japón está intensificando su trabajo con países aliados además de EE. UU. para fortalecer la seguridad en el Indo-Pacífico. Japón ha declarado que apoyará la defensa de Taiwán si es necesario.
Como consecuencia de la invasión de Rusia a Ucrania y la amenaza abierta de China a Taiwán, se produce un importante rearme de los países europeos y en especial de Japón, que ha visto amenazado su espacio territorial por China y Corea del Norte. Japón ha confiado para su defensa durante los últimos 70 años en el paraguas militar y nuclear de EE.UU. Sin embargo, hoy busca expandir su fuerza militar para disuadir a sus enemigos de un ataque.
En preparación para la cumbre del G7 (la agrupación de las mayores potencias industrializadas democráticas) que se celebrará en Hiroshima en mayo de este año, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, realizó una gira por los países del G7. La seguridad global y el mantenimiento del orden internacional que Rusia y China buscan modificar son temas de primera importancia para el G7, por lo que Kishida se centró en su gira en fortalecer y ampliar los acuerdos militares con miembros de dicho grupo.
Con el presidente Biden, Kishida firmó un nuevo acuerdo para la seguridad del espacio y el ciberespacio, reforzando la coordinación de sus mandos militares. Sin embargo, la alianza con EE.UU. depende del presidente en ejercicio, como lo demostró Donald Trump buscando regresar a la Casa Blanca en 2024. Durante su mandato anterior, Trump cuestionó la alianza militar de su país con Japón y con la OTAN, expresando la posición de la extrema derecha de su país que busca aislarse de los acontecimientos globales, invirtiendo el papel de EE.UU. desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Esto dejaría la defensa de Japón en sus propias manos. El dilema de Japón es tener o no armas nucleares ante la incertidumbre del posible regreso de la extrema derecha al poder en EE.UU.
Por Gerardo Traslosheros
Escuela de Posgrado Jenkins UDLAP, PECC México y Comexi
@GTraslosheros
LSN
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