En su primer acto multitudinario en la República Democrática del Congo, el pontífice denunció el «colonialismo económico» en el continente.
Tras recibir una multitudinaria y ferviente acogida en los 25 kilómetros que separan el aeropuerto de Kinshasa, a bordo de un papamóvil, el Papa Francisco inició su quinta gira apostólica por África hablando en la capital de la República Democrática del Congo, con palabras muy fuertes que iluminó la situación del continente más olvidado del planeta.
Tras reunirse con el presidente congoleño Félix Tshisekedi, Francisco lanzó un llamamiento destinado a hacer historia en el mundo africano: «¡Quiten las manos de África!», «¡Dejen de asfixiarla!», enfatizó en un discurso ante las máximas autoridades, atacando a la “ colonialismo económico” que extrae fabulosas ganancias de la explotación del continente.
“Es trágico que estos lugares sigan sufriendo diversas formas de explotación”, exclamó el pontífice argentino, aplaudido por los presentes.
Denunció que “después del colonialismo político se ha desatado un colonialismo económico igualmente esclavizante».
Ante las principales autoridades del país y del mundo diplomático en el palacio presidencial citó el caso del Congo, «un país abundantemente depredado que no es capaz de beneficiarse suficientemente de sus inmensos frutos» y destacó la paradoja que los frutos de la tierra misma «los hacen extraños a sus habitantes».
Culpó al «veneno de la codicia» por la tragedia del «diamantes de sangre”, en referencia a la explotación minera de esta piedra preciosa, que esclaviza a los trabajadores. Muchos mueren, incluido un gran número de niños.
“Es un drama ante el cual el mundo económico más avanzado tiende a cerrar los ojos, los oídos y la boca. Sin embargo, este país y este continente merecen ser respetados y escuchados, merecen espacio y atención”, agregó.
“África no es una mina para explotar o una tierra para saquear”, continuó Francisco.
“Que África sea protagonista de su propio destino. Que el mundo recuerde los desastres cometidos a lo largo de los siglos en detrimento de las poblaciones locales y no olvide este país y este continente”.
Jorge Bergoglio, que lució en buena forma física en su primer día de esta gira africana, afirmó que «la República Democrática del Congo, atormentada por la guerra, sigue sufriendo conflictos y migraciones forzadas dentro de sus fronteras, sigue sufriendo terribles formas de explotación indignos del hombre y de la creación”.
El Papa había tenido que aplazar este viaje, previsto para el año pasado, por problemas de salud que le impedían desplazarse. Y este martes fue recibido por una multitud.
Guerra civil
“Este inmenso país lleno de vida, este diafragma de África, golpeado por la violencia como un puñetazo en el estómago, parece estar sin aliento desde hace mucho tiempo”, lamentó el Papa.
El pontífice argentino abordó el tema del recrudecimiento de la violencia de los últimos meses en todo el país que lo obligó a suspender su visita a Gomala ciudad más grande del este congoleño, sacudida por guerras civiles que involucran a más de cien grupos armados financiados por los países vecinos.
En particular, las acciones militares más sangrientas las lleva a cabo el movimiento 23 de marzo, que según los congoleños es apoyado por la frontera con Ruanda.
El Papa pidió a los congoleños «que la violencia y el odio no tengan cabida en el corazón ni en los labios de nadie, porque son sentimientos antihumanos y anticristianos que paralizan el desarrollo y nos empujan hacia un pasado oscuro».
Francisco también preguntó evitar caer «en el tribalismo y la oposición». Llamó a no «tomar partido obstinadamente con la propia etnia o con intereses particulares, alimentando espirales de odio y violencia».
Recordó el mal generalizado de la corrupción e invitó a la clase política a «actuar con transparencia ejerciendo el cargo recibido como medio para servir a la sociedad» y «favorecer la realización de elecciones libres, transparentes y creíbles».
niños esclavos
En diciembre habrá elecciones generales y la Iglesia católica se moviliza como siempre para que la voluntad democrática y las elecciones libres se mantengan firmes, gracias a su peso sobre los 45 millones de fieles a Roma, movilizados tras estos objetivos.
El Papa finalmente denunció que muchos niños congoleños no van a la escuela “y en lugar de recibir una educación digna son explotados”.
“Demasiados niños mueren sometidos al trabajo esclavo en las minas Que no se escatimen esfuerzos en denunciar el flagelo del trabajo infantil y ponerle fin”, instó al final de su discurso destinado a tener un fuerte impacto en toda África.
El principal encuentro del Papa con los congoleños tuvo lugar la noche de este martes y hasta la madrugada del miércoles en Kinshasa, mientras miles y miles de personas seguían llegando a un aeropuerto local, donde se espera que el miércoles entre uno y dos millones de personas reunirse en una misa convocada por el pontífice.
El Papa continuará su actividad en el Congo hasta el viernes, cuando viajará al segundo país de su gira, Sudán del Sur. Regresará a Roma el domingo.
corresponsal del vaticano
antes de Cristo