«Encontramos el bebé, buenas noticias, está vivo», dice un hombre que graba a otro que lleva a la criatura en sus brazos. Alrededor, todo es barro y desolación. Una avalancha de barro arrasó en medio de la noche con varias casas y granjas en Piedecuesta, una zona rural de Colombia y dejó ocho muertos y seis desaparecidos, entre ellos dos hermanos y la mamá de Dilan, el bebé de nueve meses rescatado.
«Es un milagro divino«, declaró a radio Blu María Liliana Jaimes, abuela del pequeño sobreviviente, que pasó unas seis horas en el barro. «Estaba a 500 metros abajo del río de donde pasó la avalancha», declaró una de las personas que ayudó en el rescate.
«Removimos con cuidado los escombros y encontré al niño que estaba totalmente cubierto de lodo. Le lavamos los ojos y lo cargué para entregárselo al papá que había sido arrastrado. En la madrugada ya habíamos rescatado a una señora que la avalancha la arrastró más de 400 metros», contó el hombre que lo salvó al diario El Tiempo.
Cuando se lo dieron, su papá lo abrazó con fuerza y no pudo contener la emoción. El campesino luego entregó al bebé a su mamá para seguir buscando a sus otros dos hijos de 5 y 2 años y a su esposa.
Los residentes locales se han quejado de que los equipos de emergencias tardaron en llegar a Piedecuesta por lo que fueron los propios vecinos quienes tuvieron que empezar a buscar a los desaparecidos. «Estamos haciendo lo posible, lo humanamente posible», ha asegurado el alcalde, Mario José Carvajal.
