MOSCÚ – Las protestas masivas en Kazajstán por un aumento en los precios del combustible han llevado al gobierno autoritario del país a renunciar y al presidente a imponer un estado de emergencia en una crisis que amenaza con desestabilizar la ex república soviética rica en petróleo.
El presidente kazajo, Kassym-Jomart Tokayev, declaró un toque de queda de dos semanas en la región occidental de Mangistau de Kazajstán y en Almaty, la ciudad más grande del país. Las restricciones incluyen la prohibición de reuniones masivas y limitaciones de movimiento.
Fuente: WSJ