Esta semana, el Telescopio Espacial Hubble capturó otra hermosa imagen del espacio: esta vez, la nebulosa planetaria ESO 455-10.
A pesar de su nombre confuso, las nebulosas planetarias no tienen nada que ver con los planetas. Fueron nombrados así por los primeros astrónomos que vieron formas vagas en los cielos y asumieron que eran planetas de algún tipo. De hecho, una nebulosa planetaria es una capa de gas ionizado.
Cuando una estrella del tamaño de nuestro sol llega al final de su vida, arroja sus capas externas que viajan hacia afuera y forman una capa. Esta capa está iluminada por el núcleo expuesto de la estrella, lo que hace que el gas brille intensamente. Esta es la nebulosa planetaria.
Pero estas hermosas formaciones duran solo un tiempo relativamente corto, un período de decenas de miles de años, antes de disiparse.
Esta nebulosa planetaria en particular es de interés debido a la forma en que interactúa con el espacio mayormente vacío a su alrededor, llamado medio interestelar.
“Las capas achatadas de ESO 455-10, que antes se mantenían juntas como capas de su estrella central, no solo le dan a esta nebulosa planetaria su apariencia única, sino que también ofrecen información sobre la nebulosa”, escribió la NASA en una publicación. «Visto en un campo de estrellas, el arco asimétrico distintivo de material sobre el lado norte de la nebulosa es una clara señal de interacciones entre ESO 455-10 y el medio interestelar».
Las nebulosas planetarias interactúan con el medio interestelar lanzando elementos pesados como metales que se producen originalmente dentro de las estrellas. Estos elementos son sembrados en el medio interestelar por las nebulosas planetarias, lo que ayuda a crear los bloques de construcción de nuevas estrellas que eventualmente nacerán.
Recomendaciones de los editores