El reciente anuncio de la renuncia de Lázaro Cárdenas Batel como jefe de asesores del presidente Andrés Manuel López Obrador tiene consecuencias que pueden ser importantes.
El motivo parece difuso, pero está claro ya que no fue tan cordial como pretenden subrayar ambas partes. La renuncia fue presentada en febrero y círculos cercanos a Cárdenas Batel citan directamente la irritación causada por la forma en que el presidente se refirió a su padre, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, y su acusación de que se afilió a la «derecha» por un vínculo con el Mexicolectivo. plataforma, que presentó una propuesta de reconciliación nacional.
AMLO se refirió a Cárdenas Solórzano de manera despectiva. La ausencia de los dos Cárdenas en el acto conmemorativo de la expropiación petrolera y su comparecencia para depositar una ofrenda en el monumento a la Revolución, donde descansan los restos de Lázaro Cárdenas, el presidente que decretó la expropiación en 1938, son un mensaje en sí mismo. Las dudas expresadas por Cuauhtémoc Cárdenas sobre la idoneidad real de la refinería Dos Bocas, complementaron el panorama.
El principal argumento citado por Cárdenas Batel fue la culminación de un ciclo y su designación para un cargo en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), organismo que por ahora es entelequico, sin sede y que depende de la burocracia de la gobierno que ocupa la Presidencia durante el año.
Sin embargo, se espera que la Celac se consolide en un futuro muy cercano. Por un lado, está la voluntad política de los gobiernos de la llamada «marea rosa» de convertirla en una alternativa a la Organización de los Estados Americanos (OEA), acentuada por el regreso de Luiz Inácio Lula da Silva, uno de sus promotores originales, a la presidencia de un Brasil que también renueva su interés por convertirse en el líder latinoamericano.
Según al menos una versión, la designación de Cárdenas Batel tendría que ver con su cercanía personal a Lula da Silva, y la intención de aprovechar las facilidades y mecanismos del comatoso Sistema Económico Latinoamericano (SELA), creado en el años setenta y con sede en Caracas, para dar vida a la Celac.
Cárdenas Batel, por otro lado, fue un importante asesor en lo que respecta a la política estadounidense. Tiene una experiencia significativa en su conocimiento de la política y la academia estadounidense, gracias a sus varios años de estudio y trabajo en Washington.
Ciertamente no es de creer ni esperar que las decisiones y el estilo de gobierno de López Obrador cambien con la salida de Cárdenas Batel, pero seguramente se extrañarán sus conocimientos, contactos y prestigio.
Pero le suma sustancia y causa a quienes en los últimos meses han roto con el gobierno de López Obrador al considerar que no es lo que dice ser ni lo que ofrecía, mientras algunos de sus apologistas comienzan a buscar justificaciones a las limitaciones de su gobierno. .
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
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