El impacto de las palabras

Alberto Mehrabian, refiere que el 7% del potencial comunicativo radica en las palabras, el 55% en el lenguaje corporal y el 38% en el uso de la voz. ¿Cómo usamos ese escaso 7% en las instituciones públicas para impactar la vida de las personas y las comunidades?

El uso de un lenguaje claro y sencillo en el ámbito público es fundamental para acercar a las personas a las instituciones y es un elemento clave de una Estado abierto. Una comunicación pública más sencillo, más didáctico y concreto, promueve la confianza, la participación y facilita el acceso a la información y los servicios públicos.

Mario Tascón de Volcán Prodigioso, destaca la importancia de compartir información relevante de manera accesible y eficaz. Esto debe adaptarse a los distintos canales de comunicación para garantizar su eficacia.

El lenguaje constructivo, cuando se combina con la sencillez, conduce a una comunicación no violenta. Este método de comunicación promueve el respeto, la atención y la empatía, y puede ayudar a evitar situaciones de conflicto, favoreciendo la creación de un ambiente de cooperación y respeto mutuo. A menudo se usa en la resolución y mediación de conflictos, pero también tiene aplicaciones en muchos otros contextos, incluida la comunicación pública.

En el contexto de un Estado abierto, la comunicación no violenta y constructiva facilita un diálogo más efectivo y respetuoso. Promueve la inclusión y el entendimiento mutuo, fomenta la participación y construye una relación de confianza entre las instituciones y la sociedad.

Incorporar este tipo de lenguaje requiere innovación y un cambio cultural que sitúe a las personas en el centro de la comunicación. Existen buenas prácticas a nivel internacional. La Unión Europea ha creado la iniciativa «Clear Writing for Europe» que ayuda al servicio público a redactar textos más breves y sencillos. En los Estados Unidos, la Ley de Lenguaje Sencillo requiere que las agencias gubernamentales usen este esquema en documentos oficiales y comunicaciones públicas. La recién formada Red Panhispánica de Lenguaje Claro es un referente para los países de habla hispana.

Desde la Ciudad de México hemos incorporado el uso de un lenguaje claro y constructivo en las acciones de apertura, estudios y resoluciones. Su impacto se puede ver en iniciativas como la Guía de Procedimientos para el Cambio de Identidad de Género y la Caja de Herramientas para Mujeres Resilientes. Ambos promueven el desarrollo de capacidades y la facilitación de los derechos humanos.

En colaboración con la Red Internacional por la Justicia Abierta, organizaciones como México Evalúa, Mexicanos Contra la Corrupción y la Comisión de Gobierno Abierto del Sistema Nacional de Transparencia, hemos co-creado la Guía de accesibilidad en las decisiones judiciales. Con Documenta, desarrollamos el ABC denuncia los vacíos de información pública, lo que facilita que las personas reporten posibles opacidades. También construimos en lenguaje sencillo y memoria gráfica el Decálogo para una Reconstrucción Abierta, producto del trabajo colaborativo internacional.

Con el apoyo del Consejo Asesor, estamos desarrollando la guía “Comunicación clara para la apertura institucional” que documentará experiencias y buenas prácticas, y así contribuir a mejorar las capacidades de las instituciones abiertas.

El desafío es grande, pero fundamental para construir un Estado abierto: lograr una comunicación clara y un lenguaje sencillo en todas las instituciones públicas. La innovación y la disrupción para acercar las instituciones a la sociedad son fundamentales para tener un impacto real de la práctica pública en el día a día de las personas y en múltiples realidades.

María del Carmen Nava Polina

Comisionado Ciudadano INFO CDMX

@MaricarmenNava

MAÍZ

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