2 junio, 2023

«El tiroteo es fuerte, sigue haciendo ruido en mi cabeza»Lo cuenta a Efe Esperancia Rémy, de 12 años, uno de tantos niños que han huido de Cité Soleil, un municipio de la región metropolitana de Puerto Príncipe, la capital de Haití, escenario de una cruenta guerra entre bandas armadas en las últimas semanas.

La mujer Ella es refugiada junto con cientos de menores en una escuela de Delmas 33, mientras sus padres siguen en Cité Soleil, donde los enfrentamientos entre bandas armadas han dejado más de un centenar de muertos y miles de nuevos desplazados, según organizaciones humanitarias y de derechos humanos.

En total, hay unos 700 niños refugiados de Cité-Soleil, en su mayoría no acompañados, alojados en cinco centros gestionados por la organización benéfica La famille de Kizito.

«He visto como quemaban viva a la gente»«Hay una mujer cuyo bebé ha sido quemado dentro de su casa», «Te disparan y luego te queman», algunas de las pocas mujeres que han podido salir con sus hijos de Cité Soleil, una zona donde los enfrentamientos entre Las pandillas han sido una constante en la última década.

La guerra también se llevó a Michelet Jean, de 16 años, cuyo hermano, Peter, sobrevivió a un disparo el año pasado realizado por un miembro de estos grupos criminales.

«He visto muchas muertes. Vi gente que luchó en la guerra, heridos y gente que fue llevada al hospital», describió el adolescente.

Guerra

Estos testimonios atestiguan la atrocidad de las guerras que se libran en Cité Soleil desde el 7 de julio, entre la coalición de pandillas G9, encabezada por el ex policía Jimmy Cherisier, alias Barbacoa, y la GPEP, encabezada por Ti Gabriel.

Niños desplazados por la guerra entre bandas en un albergue católico, en Port-au-Prince (Haití).  Foto EFE

Niños desplazados por la guerra entre bandas en un albergue católico, en Port-au-Prince (Haití). Foto EFE

Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU, en los últimos tres años, en un contexto de persistente crisis política y económica, las bandas armadas han ido ampliando gradualmente su control alrededor de más de un tercio del área metropolitana de Puerto Príncipe.

Mientras OCHA reporta 99 muertos y 135 heridos, la Red Nacional de Derechos Humanos (RNDDH) reporta más de 300 muertos y 160 heridos en estos sangrientos conflictos armados.

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Por su parte, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos habla de 234 víctimas en general y el Centro de Análisis e Investigación en Derechos Humanos (CARDH) reporta 150 muertos y 300 heridos.

Una niña que vivía en Cité Soleil y que fue desplazada debido a la guerra de pandillas.  Foto EFE

Una niña que vivía en Cité Soleil y que fue desplazada debido a la guerra de pandillas. Foto EFE

Pero, según la población civil, nadie podrá realmente contar el número de muertos.

“En cuanto te agarran te queman viva”, dice una mujer desplazada con tres de sus hijos.

los muertos son «soldados de ambos bandos, civiles, niños, bebés y mujeres»según los residentes de Cité Soleil que se han dispersado en varias áreas durante varios días.

lo necesitan todo

«La mayoría de estos niños solo han salido con la ropa que llevaban puesta. Así que no tienen nada», dijo a Efe la misionera Paesie, fundadora de la familia Kizito, una organización que desde hace años atiende a los niños del barrio Cité-Soleil. .

Tienes entre 6 y 17 años «y necesitan de todo», desde agua y comida hasta colchones y sábanas, explica Paesie, de nacionalidad francesa.

La misionera afirma que ha recibido ayuda de personas y organizaciones como Unicef ​​y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), pero es insuficiente por la cantidad de niños.

Uno de los niños vio a su padre quemado vivoOtros ni siquiera saben dónde están sus padres, dice.

Alojados en plazas públicas y escuelas, estos desplazados piden ayuda para ser realojados, ya que no quieren regresar a la ciudad porque «siempre está en guerra».

«En estos barrios de donde vienen estos niños, todas las casas han sido quemadas. Solo queda una escuela», según Paesie.

Está claro que se trata de una situación transitoria que no puede durar demasiado, añadió, al tiempo que confió en que los padres «encuentren la manera de recoger a sus hijos».

«Nuestra casa ha sido quemada. Le pido al estado que me dé un lugar para dormir”, dice Mirlande, comerciante y madre de cinco hijos que vive detrás de una de las escuelas de Paesie.

Como ella, todas las mujeres jefas de hogar que viven en esta escuela exigen su reubicación porque les es imposible regresar a la zona ya que sus casas fueron quemadas.

Agencia EFE

PB