Este domingo también fueron elegidos en segunda vuelta los gobernadores de São Paulo y otros estados cruciales.
La segunda vuelta de las elecciones en Brasil tuvo un correlato bien definido en el control territorial del país. Mientras el noreste le dio la victoria al expresidente Lula da Silva, actual jefe de Estado, Jair Bolsonaro, se quedó con algunos gobiernos clave en el sureste.
Doce fueron los gobernadores elegidos en la segunda vuelta este domingo de un total de 27 para todo Brasil.
En la primera vuelta habían sido elegidos quince líderes estatales, de los cuales nueve apoyaban a Bolsonaro y los otros cinco se inclinaban por el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula da Silva.
En el primer caso, se trata de los Estados de Santa Catarina, Mato Grosso, Acre, Roraima, Distrito Federal de Brasilia, Tocatins, Amapá, Minas Gerais y Rio de Janeiro, estos dos últimos de los distritos electorales más importantes de Brasil.
Por el contrario, en el primer turno habían quedado por el PT Rio Grande do Norte, Piauí, Ceará, Maranhao y Pará, con Herder Barbalho, que forma parte del partido de centro-derecha de la senadora Simone Tebet, que apoya al PT. .
Un bolsonarista en São Paulo
En la segunda ronda, los focos estaban en San Pablo, donde el bolsonarista Tarcisio de Freitas se impuso a Fernando Haddad, del PT.
São Paulo es el estado más poblado de Brasil, con 46 millones de habitantes, genera un tercio de la riqueza del país y fue escenario de una disputa de hierro.
En los otros dos distritos estatales que le siguen en importancia, los de Minas Gerais y Río de Janeiro, fueron reelegidos sus gobernadores el 2 de octubre, Romeu Zema y Claudio Castro. Ambos son bolsonaristas.
Por primera vez desde 1994 São Paulo no tendrá gobernador del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) a la que pertenece el actual presidente Rodrigo García, quien quedó tercero en la primera vuelta y decidió, en contra de la opinión del partido, el apoyo “incondicional” a Freitas y al presidente Bolsonaro.
Eso significa que un candidato asociado a la extrema derecha bolsonarista tendrá que gobernar el bastión financiero, industrial y científico de Brasil, que también cuenta con las principales universidades públicas del país, la Universidad de Sao Paulo (USP) y la Universidad de Campinas ( Unicamp), dependiente del estado regional.
En la primera vuelta, el exministro de Infraestructura de Bolsonaro, Freitas, del Partido Republicano, vinculado a la Iglesia Universal, había derrotado a Haddad, exministro de Educación de Luiz Inácio Lula da Silva y exalcalde de São Paulo, por 42% a 35%. .
Haddad fue el candidato del PT en 2018 en las elecciones que ganó Bolsonaro cuando Lula fue inhabilitado por una pena de prisión por la Operación Lava Jato, que luego fue anulada por la Corte Suprema.
Bolsonaro logró imponer a Freitas en São Paulo a pesar de que es carioca y promete una agenda de privatizaciones que incluiría al gigante Sabesp, la mayor empresa de agua y alcantarillado de Brasil.
Entre los otros estados que pasaron a la boleta están Bahía, un distrito central para el turismo y el quinto estado del país, donde ganó Jerónimo Rodríguez, del PT, postergando al conservador Antonio Magalhaes Neto, miembro de una antigua dinastía regional y que compitieron por el partido Unión.
Un caso aparte es Pernambuco, la región natal de Lula, donde la centroizquierdista Raquel Lyra, del Partido de la Social Democracia Brasileña, triunfó sobre Marina Arraes, del partido Solidaridad.
Arraes rompió con el PT y el Partido Socialista Brasileño, aunque cuenta con el apoyo del arco lulista. Ninguno reivindica a Bolsonaro por el alto rechazo en el noreste a la figura presidencial.
Con 18 gobernadores reelectos, en esta elección Brasil alcanzó su récord de reelecciones desde 1998. En seis estados – Espírito Santo, Paraíba, Rio Grande do Sul, Amazonas, Alagoas y Rondônia – se registraron victorias de sus actuales gobernadores.
Fuente: Agencias Clarín y redacción