Testimonios recogidos en un parque de la capital china muestran un panorama de discreto apoyo al líder por parte de personas que en su mayoría prefieren permanecer en el anonimato.
La prensa oficial china celebró este domingo la reelección de Xi Jinping al frente del país, pero en las calles de Pekín se dejó sentir el entusiasmo era mas moderado.
El líder parece tener un amplio apoyo entre la población, aunque en China no hay una encuesta independiente para cuantificarlo. Y pocas personas están dispuestas a hablar abiertamente.
En un parque de Pekín, AFP pidió esta semana la opinión de unas 30 personas sobre el nuevo nombramiento de Xi al frente del Partido Comunista, pero solo siete personas accedieron a hablar.
Una muestra infinitesimalmente pequeña en un país de 1.400 millones de habitantes, que no representa la diversidad del país, pero ofrece una idea de la imagen que tiene al líder más poderoso de la China moderna.
«Desde que llegó al poder, la gente común ha visto mejoras materiales reales», dice Ning Fanlong, sentado en un banco.
El hombre, originario de Shandong (este) y que vino a la capital a trabajar, elogia las reformas implementadas por Xi permitir que las poblaciones rurales se asienten más fácilmente en las ciudades.
Opiniones resguardadas bajo el anonimato
A excepción de Ning, las otras personas que respondieron a las preguntas lo hicieron bajo condición de anonimato. Por temor a represalias, la población china tiende a evitar hablar de política en el espacio público.
Algunos creen que es necesario que Xi permanezca en el poder, particularmente en un contexto de inestabilidad internacional. Otros alaban su lucha contra funcionarios corruptosuno de los primeros pasos que dio cuando llegó al poder en 2012.
Esta campaña anticorrupción le ha permitido al líder deshacerse de sus rivales políticos, según analistas.
Xi Jinping “nos ha protegido durante la pandemia”, declara una mujer de mediana edad, refiriéndose a la política “Cero COVID”.
Esta estrategia sanitaria permitió a China limitar el número de muertes por COVID-19, pero fue criticado por el sector económico debido a los bloqueos en curso.
«¡En mi opinión, puede quedarse por otro período!» dice la mujer, vestida de rojo.
Desde su llegada al poder, Xi ha resucitado una culto a la personalidad asociado con el período maoísta (1949-1976). Algunos expertos temen que una excesiva concentración de poder pueda conducir a una catástrofe.
Tras una deriva autoritaria bajo Mao Tse Tung, los líderes comunistas optaron por una distribución del poder más colegiada.
Desde la muerte de Mao en 1976, la transición de un presidente a otro se ha regido por reglas que inhabilitado para ejercer el cargo por más de 10 años. Sin embargo, Xi enmendó la constitución en 2018 para permanecer en el poder.
“No podemos comparar con antes, eso es historia”, dice un jubilado. «Mira cómo se desarrolló nuestro país (…). ¿La gente no vive mejor de un año para otro?». él pide.
Fuente: AFP