Ahora que solo concluye la COP 27 en Egipto y que volvimos a escuchar los discursos que nos dicen, ya no como una advertencia sino como una realidad, que vamos rumbo a un “infierno climático” por no haber entendido a tiempo que teníamos que frenar las emisiones tóxicas al ambiente, quizás muchos ya no puedan oír hablar Calentamiento global sin sentir angustia y nerviosismo por el futuro que les espera a las nuevas generaciones.
Yo mismo, sin dejar de estar angustiado y preocupado por cómo estamos acabando con el planeta, hoy quiero hablaros del calentamiento, pero no del cambio climático, ese que ya parece inevitable y que en todo caso podremos paliar. sus efectos si los países, gobiernos y empresas realmente se comprometen a hacer algo para dejar de envenenar el medio ambiente. Me refiero a otro calentamiento que también es importante, pero este a nivel personal e individual para los que disfrutamos de la pasión por correr.
Nunca como ahora, y que gracias a los años y a mi propia experiencia, he quedado tan convencido de la importancia de calentar y estirar, y es que a los corredores nos cuesta entender y aceptar los beneficios que nos aportan estas dos acciones. Simplemente no lo vemos, aunque lo leamos, el entrenador, un compañero o el fisioterapeuta nos lo repite 100 veces, no lo hacemos o si lo hacemos, lo hacemos a la carrera.
Incluso cuando nos lesionamos por falta de calentamiento, nos sigue costando mucho. Siempre estamos apurados. Y entonces pasa lo que tiene que pasar: falta de flexibilidad, contracturas, tendinitis, fibras rotas y otros problemas musculares. Seguramente esas lesiones no se hubieran producido si tuviéramos la costumbre de tener una buena rutina de calentamiento y estiramiento.
Calentar, según la Real Academia Española significa: “Serie de ejercicios que realizan los deportistas antes de una competición o entrenamiento para aflojar los músculos y calentar”. El calentamiento comienza desde la cabeza y termina hasta los pies con movimientos lentos que van aumentando en amplitud y velocidad a medida que el cuerpo lo permite.
Al calentamiento dinámico puedes añadir ejercicios de técnica de carrera como capotas, bailarinas, puntera-tacón, patadas, carrera lateral, talones a glúteos, etc., que te ayudan a trabajar la simetría corporal para mejorar la pisada. Si el entrenamiento consiste en correr ligero durante 30 minutos, no es tan necesario calentar, basta con trotar unos minutos. Pero si el entrenamiento es más exigente, sí o sí hay que calentar.
Así que cuando pienses en el calentamiento, convéncete definitivamente de que tenemos que hacer algo para salvar el planeta y a nosotros mismos y que cada acción individual, por pequeña que parezca, sí sirve y ayuda para el fin último, que es la supervivencia como un todo. especies; pero cuando pienses en el otro calentamiento, el calentamiento de los músculos y el cuerpo antes de empezar a correr, no lo subestimes ni lo omitas por prisa o pereza porque gracias a eso mejoraremos nuestra capacidad de correr.
POR ROSSANA AYALA
AYALA.ROSS@GMAIL.COM
@AYALAROSS1
MAÍZ
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