Papa Francisco expresó el domingo su preocupación por la situación en Nicaragua, donde la policía detuvo a varios clérigos católicos, incluido un obispo, que criticaban al gobierno del presidente Daniel Ortega.
Haciendo un llamado a un ‘diálogo abierto y honesto’‘, el pontífice hizo su primer comentario público sobre el allanamiento del viernes a la residencia del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez. El arresto de él y de un número desconocido de sacerdotes se produjo en medio del empeoramiento de las tensiones entre la Iglesia y un gobierno cada vez más intolerante con la disidencia.
Francisco le dijo a miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro para sus habituales comentarios de los domingos a la hora del almuerzo que estaba siguiendo de cerca, “con preocupación y dolor” los hechos en Nicaragua que involucran a “personas e instituciones”‘. No mencionó específicamente los arrestos.
«Me gustaría expresar mi convicción y mi esperanza de que a través de un diálogo abierto y sincero se puedan encontrar las bases para una convivencia respetuosa y pacífica», dijo el Papa, citado por la agencia de noticias Europa Press.
Una imagen de Rolando Álvarez y el Papa en la catedral de Matagalpa. Foto AP
Sin reseñas
Ante el allanamiento de la mañana del viernes, las autoridades nicaragüenses habían acusado al obispo de incitar al odio ya la violencia.
La Policía Nacional confirmó las detenciones y dijo que el operativo se realizó para que los ciudadanos y familiares de Matagalpa recuperen la normalidad. No citó cargos específicos.
«Durante varios días esperamos pacientemente, precaución y sentido de la responsabilidad una comunicación positiva del Obispado de Matagalpa, que nunca sucedió», dijo la Policía Nacional en un comunicado el viernes. “Como persistían las actividades desestabilizadoras y provocadoras, era necesario el mencionado operativo de Orden Público”, agregó.
Álvarez estaba bajo arresto domiciliario en Managua y se le permitió reunirse con familiares y el cardenal Leopoldo Brenes, según el comunicado policial, que no nombró a los sacerdotes detenidos.
Álvarez ha sido una voz religiosa clave en las discusiones sobre el futuro de Nicaragua desde 2018, cuando una ola de protestas contra el gobierno de Ortega condujo a una represión generalizada de los opositores.
El gobierno de Ortega arrestó a decenas de líderes de la oposición el año pasado, incluidos siete posibles candidatos presidenciales. Fueron condenados a prisión este año en juicios rápidos cerrados al público.
Exiliados nicaragüenses en Costa Rica participan en la “Vigilia de la Fe y la Libertad”. Foto EFE
régimen
Ortega ha sostenido que las protestas a favor de la democracia se realizaron con apoyo extranjero y con el apoyo de la Iglesia Católica.
Durante las protestas sociales de 2018, que fueron violentamente reprimidas por la policía, el gobierno sandinista acusó a la Iglesia de alentar “un golpe fallido” para desestabilizar el régimen. Ortega ha llegado a decir que los obispos son «terroristas» y «diablos con sotana».
En marzo, Nicaragua expulsó al nuncio papal, quien es el principal diplomático del Vaticano en Nicaragua. El gobierno de Nicaragua también ha cerrado ocho estaciones de radio en la provincia de Matagalpa, siete de ellos de la Iglesia Católica.
Portavoces del Gobierno acusan a Álvarez de «hacer política» en sus sermones. Lo mismo se dice del obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, quien en 2019 fue trasladado al Vaticano por orden del papa Francisco, luego de que en su contra se divulgaran supuestas amenazas de muerte.
La revuelta social de 2018 dejó 355 muertos, más de 2.000 heridos y 100.000 exiliados, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). La oposición asegura que son más de 190 opositores los que han permanecido en prisión desde entonces, decenas de ellos detenidos en 2021.
Fuente: AP y ANSA
PB
Papa Francisco expresó el domingo su preocupación por la situación en Nicaragua, donde la policía detuvo a varios clérigos católicos, incluido un obispo, que criticaban al gobierno del presidente Daniel Ortega.
Haciendo un llamado a un ‘diálogo abierto y honesto’‘, el pontífice hizo su primer comentario público sobre el allanamiento del viernes a la residencia del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez. El arresto de él y de un número desconocido de sacerdotes se produjo en medio del empeoramiento de las tensiones entre la Iglesia y un gobierno cada vez más intolerante con la disidencia.
Francisco le dijo a miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro para sus habituales comentarios de los domingos a la hora del almuerzo que estaba siguiendo de cerca, “con preocupación y dolor” los hechos en Nicaragua que involucran a “personas e instituciones”‘. No mencionó específicamente los arrestos.
«Me gustaría expresar mi convicción y mi esperanza de que a través de un diálogo abierto y sincero se puedan encontrar las bases para una convivencia respetuosa y pacífica», dijo el Papa, citado por la agencia de noticias Europa Press.
Una imagen de Rolando Álvarez y el Papa en la catedral de Matagalpa. Foto AP
Sin reseñas
Ante el allanamiento de la mañana del viernes, las autoridades nicaragüenses habían acusado al obispo de incitar al odio ya la violencia.
La Policía Nacional confirmó las detenciones y dijo que el operativo se realizó para que los ciudadanos y familiares de Matagalpa recuperen la normalidad. No citó cargos específicos.
«Durante varios días esperamos pacientemente, precaución y sentido de la responsabilidad una comunicación positiva del Obispado de Matagalpa, que nunca sucedió», dijo la Policía Nacional en un comunicado el viernes. “Como persistían las actividades desestabilizadoras y provocadoras, era necesario el mencionado operativo de Orden Público”, agregó.
Álvarez estaba bajo arresto domiciliario en Managua y se le permitió reunirse con familiares y el cardenal Leopoldo Brenes, según el comunicado policial, que no nombró a los sacerdotes detenidos.
Álvarez ha sido una voz religiosa clave en las discusiones sobre el futuro de Nicaragua desde 2018, cuando una ola de protestas contra el gobierno de Ortega condujo a una represión generalizada de los opositores.
El gobierno de Ortega arrestó a decenas de líderes de la oposición el año pasado, incluidos siete posibles candidatos presidenciales. Fueron condenados a prisión este año en juicios rápidos cerrados al público.
Exiliados nicaragüenses en Costa Rica participan en la “Vigilia de la Fe y la Libertad”. Foto EFE
régimen
Ortega ha sostenido que las protestas a favor de la democracia se realizaron con apoyo extranjero y con el apoyo de la Iglesia Católica.
Durante las protestas sociales de 2018, que fueron violentamente reprimidas por la policía, el gobierno sandinista acusó a la Iglesia de alentar “un golpe fallido” para desestabilizar el régimen. Ortega ha llegado a decir que los obispos son «terroristas» y «diablos con sotana».
En marzo, Nicaragua expulsó al nuncio papal, quien es el principal diplomático del Vaticano en Nicaragua. El gobierno de Nicaragua también ha cerrado ocho estaciones de radio en la provincia de Matagalpa, siete de ellos de la Iglesia Católica.
Portavoces del Gobierno acusan a Álvarez de «hacer política» en sus sermones. Lo mismo se dice del obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, quien en 2019 fue trasladado al Vaticano por orden del papa Francisco, luego de que en su contra se divulgaran supuestas amenazas de muerte.
La revuelta social de 2018 dejó 355 muertos, más de 2.000 heridos y 100.000 exiliados, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). La oposición asegura que son más de 190 opositores los que han permanecido en prisión desde entonces, decenas de ellos detenidos en 2021.
Fuente: AP y ANSA
PB
Papa Francisco expresó el domingo su preocupación por la situación en Nicaragua, donde la policía detuvo a varios clérigos católicos, incluido un obispo, que criticaban al gobierno del presidente Daniel Ortega.
Haciendo un llamado a un ‘diálogo abierto y honesto’‘, el pontífice hizo su primer comentario público sobre el allanamiento del viernes a la residencia del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez. El arresto de él y de un número desconocido de sacerdotes se produjo en medio del empeoramiento de las tensiones entre la Iglesia y un gobierno cada vez más intolerante con la disidencia.
Francisco le dijo a miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro para sus habituales comentarios de los domingos a la hora del almuerzo que estaba siguiendo de cerca, “con preocupación y dolor” los hechos en Nicaragua que involucran a “personas e instituciones”‘. No mencionó específicamente los arrestos.
«Me gustaría expresar mi convicción y mi esperanza de que a través de un diálogo abierto y sincero se puedan encontrar las bases para una convivencia respetuosa y pacífica», dijo el Papa, citado por la agencia de noticias Europa Press.
Una imagen de Rolando Álvarez y el Papa en la catedral de Matagalpa. Foto AP
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Ante el allanamiento de la mañana del viernes, las autoridades nicaragüenses habían acusado al obispo de incitar al odio ya la violencia.
La Policía Nacional confirmó las detenciones y dijo que el operativo se realizó para que los ciudadanos y familiares de Matagalpa recuperen la normalidad. No citó cargos específicos.
«Durante varios días esperamos pacientemente, precaución y sentido de la responsabilidad una comunicación positiva del Obispado de Matagalpa, que nunca sucedió», dijo la Policía Nacional en un comunicado el viernes. “Como persistían las actividades desestabilizadoras y provocadoras, era necesario el mencionado operativo de Orden Público”, agregó.
Álvarez estaba bajo arresto domiciliario en Managua y se le permitió reunirse con familiares y el cardenal Leopoldo Brenes, según el comunicado policial, que no nombró a los sacerdotes detenidos.
Álvarez ha sido una voz religiosa clave en las discusiones sobre el futuro de Nicaragua desde 2018, cuando una ola de protestas contra el gobierno de Ortega condujo a una represión generalizada de los opositores.
El gobierno de Ortega arrestó a decenas de líderes de la oposición el año pasado, incluidos siete posibles candidatos presidenciales. Fueron condenados a prisión este año en juicios rápidos cerrados al público.
Exiliados nicaragüenses en Costa Rica participan en la “Vigilia de la Fe y la Libertad”. Foto EFE
régimen
Ortega ha sostenido que las protestas a favor de la democracia se realizaron con apoyo extranjero y con el apoyo de la Iglesia Católica.
Durante las protestas sociales de 2018, que fueron violentamente reprimidas por la policía, el gobierno sandinista acusó a la Iglesia de alentar “un golpe fallido” para desestabilizar el régimen. Ortega ha llegado a decir que los obispos son «terroristas» y «diablos con sotana».
En marzo, Nicaragua expulsó al nuncio papal, quien es el principal diplomático del Vaticano en Nicaragua. El gobierno de Nicaragua también ha cerrado ocho estaciones de radio en la provincia de Matagalpa, siete de ellos de la Iglesia Católica.
Portavoces del Gobierno acusan a Álvarez de «hacer política» en sus sermones. Lo mismo se dice del obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, quien en 2019 fue trasladado al Vaticano por orden del papa Francisco, luego de que en su contra se divulgaran supuestas amenazas de muerte.
La revuelta social de 2018 dejó 355 muertos, más de 2.000 heridos y 100.000 exiliados, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). La oposición asegura que son más de 190 opositores los que han permanecido en prisión desde entonces, decenas de ellos detenidos en 2021.
Fuente: AP y ANSA
PB
Papa Francisco expresó el domingo su preocupación por la situación en Nicaragua, donde la policía detuvo a varios clérigos católicos, incluido un obispo, que criticaban al gobierno del presidente Daniel Ortega.
Haciendo un llamado a un ‘diálogo abierto y honesto’‘, el pontífice hizo su primer comentario público sobre el allanamiento del viernes a la residencia del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez. El arresto de él y de un número desconocido de sacerdotes se produjo en medio del empeoramiento de las tensiones entre la Iglesia y un gobierno cada vez más intolerante con la disidencia.
Francisco le dijo a miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro para sus habituales comentarios de los domingos a la hora del almuerzo que estaba siguiendo de cerca, “con preocupación y dolor” los hechos en Nicaragua que involucran a “personas e instituciones”‘. No mencionó específicamente los arrestos.
«Me gustaría expresar mi convicción y mi esperanza de que a través de un diálogo abierto y sincero se puedan encontrar las bases para una convivencia respetuosa y pacífica», dijo el Papa, citado por la agencia de noticias Europa Press.
Una imagen de Rolando Álvarez y el Papa en la catedral de Matagalpa. Foto AP
Sin reseñas
Ante el allanamiento de la mañana del viernes, las autoridades nicaragüenses habían acusado al obispo de incitar al odio ya la violencia.
La Policía Nacional confirmó las detenciones y dijo que el operativo se realizó para que los ciudadanos y familiares de Matagalpa recuperen la normalidad. No citó cargos específicos.
«Durante varios días esperamos pacientemente, precaución y sentido de la responsabilidad una comunicación positiva del Obispado de Matagalpa, que nunca sucedió», dijo la Policía Nacional en un comunicado el viernes. “Como persistían las actividades desestabilizadoras y provocadoras, era necesario el mencionado operativo de Orden Público”, agregó.
Álvarez estaba bajo arresto domiciliario en Managua y se le permitió reunirse con familiares y el cardenal Leopoldo Brenes, según el comunicado policial, que no nombró a los sacerdotes detenidos.
Álvarez ha sido una voz religiosa clave en las discusiones sobre el futuro de Nicaragua desde 2018, cuando una ola de protestas contra el gobierno de Ortega condujo a una represión generalizada de los opositores.
El gobierno de Ortega arrestó a decenas de líderes de la oposición el año pasado, incluidos siete posibles candidatos presidenciales. Fueron condenados a prisión este año en juicios rápidos cerrados al público.
Exiliados nicaragüenses en Costa Rica participan en la “Vigilia de la Fe y la Libertad”. Foto EFE
régimen
Ortega ha sostenido que las protestas a favor de la democracia se realizaron con apoyo extranjero y con el apoyo de la Iglesia Católica.
Durante las protestas sociales de 2018, que fueron violentamente reprimidas por la policía, el gobierno sandinista acusó a la Iglesia de alentar “un golpe fallido” para desestabilizar el régimen. Ortega ha llegado a decir que los obispos son «terroristas» y «diablos con sotana».
En marzo, Nicaragua expulsó al nuncio papal, quien es el principal diplomático del Vaticano en Nicaragua. El gobierno de Nicaragua también ha cerrado ocho estaciones de radio en la provincia de Matagalpa, siete de ellos de la Iglesia Católica.
Portavoces del Gobierno acusan a Álvarez de «hacer política» en sus sermones. Lo mismo se dice del obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, quien en 2019 fue trasladado al Vaticano por orden del papa Francisco, luego de que en su contra se divulgaran supuestas amenazas de muerte.
La revuelta social de 2018 dejó 355 muertos, más de 2.000 heridos y 100.000 exiliados, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). La oposición asegura que son más de 190 opositores los que han permanecido en prisión desde entonces, decenas de ellos detenidos en 2021.
Fuente: AP y ANSA
PB