La competitividad depende de las políticas cambiarias no solo del plan nacional sino de las políticas europeas, y ya estamos sabiendo que esto es pan de cada día, ninguna acción individual de una nación afecta ni se le permite hacerlo si no está autorizada a contribuir al ajuste. procedimientos.
Una de las formas más utilizadas para fortalecer una moneda es la depreciación, y en el caso del euro estamos hablando de muchos países a la vez que se ven influenciados por cualquier movimiento en su apreciación.
El Banco Central Europeo ha sido el responsable de la fortaleza del euro durante la crisis, a pesar de que muchos agentes pedían su debilitamiento, para aumentar la maniobrabilidad dentro de las finanzas de algunos países, esto conlleva naturalmente devaluar la moneda más débil.
Para políticas de optimización y flexibilidad de exportaciones. O para competir con mercados extranjeros, en la zona euro, como Norteamérica o China.
Ninguna de las dos razones son realistas, primero porque no solo se exporta fuera o solo dentro de Europa, y segundo porque existe el llamado “pass-through” o nivel de conciencia del cambio, que cada país sufre de forma diferente. y que realmente solo beneficia a países más fuertes como Alemania, que se cansa de pedir continuas devaluaciones, indicaciones y peticiones que afortunadamente el BCE no sigue.
Hay países que no dependen o se limitan a depender del tipo de cambio para el desarrollo de las exportaciones o el crecimiento y expansión de sus empresas. España sí, necesita un euro fuerte para mantener la competitividad.
Todavía no es definitiva la centralización de los poderes fiscales y bancarios en la comunidad europea, con lo que la política de contención de la inflación es la más coherente.
Pudimos escuchar en los foros internacionales de Europa que nosotros (los que necesitamos la no devaluación, porque la economía es más dependiente del cambio de divisas) tenemos la culpa de la inconsistencia y el euro en la cuerda floja tantas veces, por haber aceptado la unidad monetaria políticas que parecen pensadas sólo para épocas de bonanza y no de crisis, pero cuando se produjo la unificación del euro lo importante era que todos participáramos. La distribución era más importante que el volumen y la fuerza de la moneda.
POR LUIS DAVID FERNÁNDEZ ARAYA
ECONOMISTA
@DRLUISDAVIDFER
LSN