El líder de larga data de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, prestó juramento el sábado, marcando el comienzo de su tercer mandato presidencial que siguió a tres períodos como primer ministro.
El presidente Erdogan prestó juramento durante una sesión en el parlamento antes de una ceremonia de inauguración en su extenso complejo palaciego. Los partidarios esperaron afuera del parlamento a pesar de la fuerte lluvia, cubriendo su automóvil con claveles rojos cuando llegó.
Erdogan derrotó al retador de la oposición Kemal Kilicdaroglu en una segunda vuelta celebrada el 28 de mayo, luego de que no lograra por poco asegurar una victoria absoluta en una primera ronda de votación el 14 de mayo. Kilicdaroglu había prometido poner a Turquía en un camino más democrático y mejorar las relaciones con los Oeste. Los observadores internacionales consideraron que las elecciones fueron libres pero no justas.
Todos los ojos están ahora puestos en el anuncio de su nuevo gabinete más tarde el sábado. Su alineación debería indicar si Turquía continuará con las políticas económicas poco ortodoxas de Erdogan o volverá a otras más convencionales.
Docenas de dignatarios extranjeros viajarán para asistir a la ceremonia, entre ellos el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el destacado ex primer ministro sueco Carl Bildt. Se espera que presionen a Erdogan para que levante el bloqueo de su país a la adhesión de Suecia a la OTAN, lo que requiere la aprobación unánime de todos los miembros de la organización.
La OTAN quiere incorporar a Suecia a la alianza para cuando los líderes aliados se reúnan en Lituania el 11 y 12 de julio, pero Turquía y Hungría aún tienen que respaldar la oferta. Turquía acusa a Suecia de ser demasiado blanda con los militantes kurdos y otros grupos que el gobierno turco considera terroristas. Mientras tanto, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, también asistirá a la ceremonia.
El incierto futuro económico de Turquía
Erdogan prestó juramento en medio de una serie de desafíos internos que se avecinan, incluida una economía maltratada, la presión por la repatriación de millones de refugiados sirios y la necesidad de reconstruir después de un devastador terremoto en febrero que mató a 50,000 y arrasó ciudades enteras en el sur del país. .
Turquía también está lidiando con una crisis del costo de vida alimentada por la inflación que alcanzó un asombroso 85% en octubre antes de disminuir al 44% el mes pasado. La moneda turca ha perdido más del 10% de su valor frente al dólar desde principios de año.
Los críticos culpan de la agitación a la política de Erdogan de reducir las tasas de interés para promover el crecimiento, lo que va en contra del pensamiento económico convencional que exige aumentar las tasas para combatir la inflación.
Informes de los medios no confirmados dicen que Erdogan planea volver a nombrar a Mehmet Simsek, un respetado exministro de finanzas y viceprimer ministro, al frente de la economía. La medida significaría un regreso del país, que es la 19ª economía más grande del mundo según el Banco Mundial, a políticas económicas más ortodoxas.
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