29 mayo, 2023

Túnez, el país donde nació la Primavera Árabe, votó este lunes en un referéndum, el primero de su historia, para aprobar o rechazar una nueva constitución que otorga más poderes al presidente Kais Saied, quien hace un año disolvió el parlamento y se otorgó plenos poderes.

Los 11.000 colegios electorales abrieron sus puertas por la mañana para que los 9,2 millones de electores registrados puedan ejercer su derecho electoral hasta las 22 horas.

En este referéndum, que no requiere un número mínimo de votantesse favorece el «sí» a la nueva Constitución porque la mayoría de la oposición llamado a no participar.

Una mujer vota en el referéndum constitucional. Foto: EFE

«Es importante para mi país, para el futuro de mi país», dice Tarek Jemai, un trabajador agrícola de 42 años en un colegio electoral en una calle del centro de la capital.

El proyecto de nueva Constitución establece un régimen ultrapresidencial en ruptura con el sistema más parlamentario instaurado en 2014 tras el triunfo de la revolución de los claveles, al que Saied atribuye la crisis que vive Túnez.

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El país de 12 millones de habitantes vive desde hace un año una profunda crisis política, después de que Saied, elegido por amplia mayoría en 2019, reclamara plenos poderes el 25 de julio de 2021.

Saied (footo) elegido por amplia mayoría en 2019, recibió plenos poderes el 25 de julio de 2021. Foto: AP

Saied (footo) elegido por amplia mayoría en 2019, recibió plenos poderes el 25 de julio de 2021. Foto: AP

«Una copa»según la oposición, y una «excesiva concentración de poder» para las organizaciones de derechos humanos.

La oposición, especialmente el partido de inspiración islamista Ennahdha, llamó a boicotear el referéndum por considerarlo un «proceso ilegal».

El principal sindicato, UGTT, no dio su voto.

Baja participación

«La gran incógnita es si la participación será bajo o muy bajoya que muchas personas no sabe que ni porque vota«, explicó el investigador Youssef Cherif en la víspera.

La verdad fue que despues del mediodia sólo el 11,8% había votado.

Las puertas de las 15.000 escuelas y centros de votación se abrieron a las 06:00 horas.

Unos 9,2 millones de tunecinos están llamados a votar en esta consulta para sustituir la Constitución de 2014 y que ha generado numerosas críticas tanto por la opacidad del proceso de redacción como por el contenido, ya que aspira a instaurar un sistema «ultrapresidencialista» con amplias prerrogativas para los jefe de estado y en ausencia de contrapoderes así como separación de poderes.

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Partidarios del «Sí»

Los partidarios del «sí» votarán «porque les gusta el presidente o porque odian a los que gobiernan desde (la Revolución de) 2011» Ennahdha y sus aliados, «pero son solo unos cientos de miles», según Cherif.

Este desinterés proviene, según el politólogo Hamadi Redissi, del hecho de que «contrariamente a la Constitución de 2014, aquí no hubo debate ni deliberación pública del proyectoque se hizo, según este investigador, «a toda prisa».

La última versión del texto, escrito por el mismo Saiedestá «a años luz del proyecto laico y democrático» propuesto por la comisión encargada de su elaboración, explica Redissi.

La puerta a un régimen dictatorial

Sadok Belaid, el jurista a cargo de la comisión, se desmarcó del texto final, ya que es probable que «abra el camino a un régimen dictatorial».

El establecimiento de un régimen ultrapresidencialista rompería con el sistema parlamentario creado después la caída de dictador Ben Ali en 2011, y que convirtió a Túnez en la única democracia que salió de las revueltas de la Primavera Árabe, estiman los analistas.

Túnez puede evolucionar hacia un «autoritarismo competitivo» como Turquía o Rusia, «con elecciones» pero «sin verdadera democracia», aunque «nunca será como China o Egipto», consideró Redissi.

Un riesgo presente pero no inmediato, según algunos analistas.

“El marco legal está ahí. Si miras el desmantelamiento de las instituciones que garantizan las libertades y la democracia, el cerco se estrecha”, explica Isabelle Werenfels, investigadora del instituto alemán SWP.

Después del referéndum, el principal problema del país será la economía en crisis, con una tasa de desempleo galopante (40% entre los jóvenes), inflación creciente por la guerra en Ucrania y 4 millones de pobres.

AFP y EFE

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