«En esta elección se define si va a triunfar el Paraguay de la corrupción o del trabajo»

El auto avanza por las calles y, a medida que se aleja del centro de Asunción, los edificios pegados en fila en el centro histórico dan paso a otra escena urbana. Talleres mecánicos, puestos de comida y estaciones de servicio se intercalan en el recorrido hacia donde se encuentra el candidato a presidente de Paraguay por la Concertación, Efraín Alegrecuenta con uno de sus centros de operaciones.

Al final de un camino en medio de una frondosa vegetación se encuentra el búnker. El silencio matutino de la calle se rompe en el momento de cruzar la puerta y entrar en el ritmo frenético de un final de campaña. Asesores moviéndose a toda velocidad para que todo esté listo antes de que termine la campaña en la noche decreta que solo queda esperar hasta el domingo para saber quién será el próximo presidente de Paraguay.

Efraín Alegre recibe Clarín de buen humor en el salón de la casa. A tres días de las elecciones, la mayoría de las encuestas lo ubican en una situación favorable, con una ventaja de entre 1 y 2% sobre su principal oponente, Santiago Peña, del Partido Colorado. Para la consultora Atlas tiene una intención de voto del 34%, y Peña del 33%.

“En estas elecciones se define si vamos a ser el Paraguay de la corrupción o el Paraguay del trabajo”, afirmó respecto a los comicios del domingo, en los que Alegre intentará por tercera vez convertirse en presidente del país.

El candidato a la Presidencia de Paraguay por la alianza opositora Ganar, Efraín Alegre en la localidad de Capiatá. Foto EFE

P: ¿Qué está en juego en esta elección?

–Yo creo que se está jugando el modelo país. En Paraguay se ha consolidado una línea que significa la sucesión de los stroessnerismo. Un modelo clientelar, prebendado, y muy ligado a la corrupción. Pero la entrada de Horacio Cartes a la política sumó a esta situación el dinero sucio de la ilegalidad y la delincuencia. Eso significa lavado de dinero, contrabando, narcotráfico. Un cóctel que compromete nuestras instituciones democráticas, dado que este dinero ilegal se utiliza para comprar jueces y fiscales. Por eso Cartes está siendo investigado en Brasil, Colombia y Estados Unidos, pero no tiene proceso en su contra en Paraguay.

Este modelo de Cartes y Santiago Peña es lo peor que le puede pasar a Paraguay. Nos muestra como un país marcado por la corrupción y el crimen organizado, pero eso no es lo que somos. Este es un país de gente honesta y trabajadora, y eso es lo que debemos decidir ahora: si seguimos con ese modelo, o si vamos hacia un país de trabajo y esfuerzo. Tenemos todo para ser un país competitivo, pero nos falta institucionalidad y seguridad jurídica

–Algunos sectores del oficialismo afirmaron que la declaración de «significativamente corrupto» que EE.UU. impuso a Cartes impactó indebidamente en la elección. ¿Qué lectura hace de la decisión de Washington?

P: En primer lugar, en Paraguay todos sabemos desde hace bastante tiempo que la actividad de Horacio Cartes es ilegal. Esa afirmación no sorprendió a nadie, y quien diga eso miente. Por supuesto, no es lo mismo que lo denuncie un líder de la oposición que que lo hagan gobiernos de otros países, pero tampoco es un asunto exclusivo de Estados Unidos. Horacio Cartes también tiene problemas en Brasil y Colombia. Está comprometido con el terrorismo.

En otras palabras, todos estos negocios ilegales, desde el contrabando de cigarrillos y el narcotráfico hasta el terrorismo y el lavado de dinero, se mueven juntos. Siempre ha tratado de decir que solo era un contrabandista de cigarrillos, como diciendo que no tenía nada que ver con el lavado. Sin embargo, quienes lo conocen señalan claramente que ese no es su negocio principal.

P: ¿Cuáles son los principales desafíos que le esperan a Paraguay en los próximos cinco años?

–El reto que tenemos es el desarrollo como país. Tenemos muchas oportunidades, pero nos falta un tema central, que es la justicia. El empleo y la exclusión son la urgencia. Tenemos un nivel de pobreza del 27% y una vulnerabilidad que llega al 50%. No se puede ser una democracia con tanta pobreza. La democracia no es solo votar cada cinco años. También significa cómo se distribuye la riqueza, y en ese sentido tenemos mucho por hacer. Nuestras prioridades son el empleo y la salud.

Hoy vemos madres teniendo hijos en el suelo de un pasillo. Un sistema de salud totalmente deficiente, al punto que ante circunstancias importantes, los paraguayos van a la Argentina. Es un país muy generoso que nos acoge y nos cura, pero lo que nos está pasando es una auténtica barbaridad. Miles de compatriotas viven allí por un tema de salud personal. Tenemos una gran responsabilidad y una gran deuda en la inversión social, en la salud pública, en la educación, en el desafío de generar empleo.

Carteles de campaña en las calles de Asunción. Foto Reuters

P: En los últimos años, Uruguay ha expresado su desacuerdo con el estatus del Mercosur y ha propuesto que se hagan acuerdos fuera de él. ¿Qué visión tienes del lugar de Paraguay?

–Apostamos por la integración. Creemos en el Mercosur aún con todas las críticas que tenemos. Somos un país abierto, al punto que esto muchas veces perjudica nuestros intereses económicos. Sin embargo, tenemos una región muy cerrada. Pero aun admitiendo esta circunstancia, estamos totalmente comprometidos con el Mercosur. No compartimos la idea de que se puedan negociar aisladamente. Eso significa directamente socavar y poner en peligro el proceso de integración. Estamos comprometidos con la integración y creemos que debemos encontrar soluciones dentro del Mercosur.

–En 2023 Paraguay y Brasil deben renegociar el contrato binacional de Itaipú. ¿Cuál es su visión de la política energética del país?

–Ha habido un mal manejo en el tema energético, y lamentablemente todo esto ha ido en detrimento de los intereses paraguayos. Tanto en Itaipú como en Yacyretá. Sin embargo, vemos la renegociación con Brasil con mucho optimismo porque algunas cosas han avanzado. El acuerdo de Lula con Fernando Lugo en 2008 supuso un avance importante. Proponemos un nuevo rumbo, diferente a la política rentista de los últimos 50 años, que creemos que fue un gran error. Vender excedentes de energía a Brasil por debajo del precio de mercado nos ha causado un daño tremendo.

Queremos que esa energía se utilice en nuestro país para generar empleo y trabajo. Eso significa una política industrial y volver a un tema del que ya hemos hablado y vamos a repetir mil veces: la seguridad jurídica. Las empresas no van a venir si no tienen previsibilidad. Esa es la institucionalidad que necesita Paraguay, y es el gran salto que tenemos que dar.

Santiago Peña, el candidato a presidente del gobernante Partido Colorado. Foto AP

— Hace unos días apareció una noticia donde el canciller de Taiwán le pedía explicaciones sobre cuál sería su posición con respecto a China luego de que expresara su disconformidad con el vínculo entre Asunción y Taipei. ¿Cuál es su visión respecto a la relación que debe tener con ambos países?

–Antes que nada quisiera aclarar que el embajador de Taiwán me contactó cuando salió esta noticia para decirme que esas publicaciones no representaban las declaraciones del canciller. Que fue una mala interpretación de la prensa. En cualquier caso, tenemos una visión crítica de las relaciones con Taiwán por una razón muy sencilla: eso significa renunciar a las relaciones con China, que es uno de los mayores mercados del mundo. Entendemos que Paraguay, un país pequeño, está haciendo un gran esfuerzo en las relaciones con Taiwán y no vemos que suceda lo mismo en sentido contrario. Taiwán es una potencia económica y un fuerte mercado tecnológico. No creemos que esta relación sea equilibrada y vamos a hablar de ello. No es una cuestión que hayamos resuelto, pero sí creemos que las condiciones actuales no están equilibradas.

Paraguay tiene que tener una visión de su política exterior diferente a la que históricamente ha tenido. Debe estar enfocado fundamentalmente al comercio entre países, eso es fundamental. El país necesita hacer negocios. Tenemos condiciones, recursos y oportunidades. Nuestros representantes tienen que especificar y promover eso. De eso se tratan las relaciones internacionales en este momento. Y parte de ese análisis se refiere al caso de Taiwán. Creemos que la relación que existe no es justa, y que la revisaremos en su momento.

–Argentina también tendrá elecciones en 2023. ¿Cómo anticipa la relación entre los dos países si es elegido presidente?

–Paraguay debe tener una política de entendimiento y alianzas con Argentina, independientemente del sector político que lo gobierne. Así ha sido a lo largo de nuestra historia, y valoramos mucho las relaciones con Argentina, con Brasil y con Mercosur. Son fundamentales y eso no puede ser alterado por el signo político que llega al poder. Uno puede tener simpatías, afinidades, pero en estas relaciones, que son de interés nacional, estamos, por supuesto, por encima de todo eso.

Asunción, enviado especial

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