Este domingo, en la plaza de Felipe II del madrileño barrio de Salamanca nadie se percató de que es la única plaza del mundo que tiene una estatua de Salvador Dalí. La figura de bronce en homenaje a Isaac Newton quedó detrás del escenario instalado aquí por el Partido Popular (PP) para repudiar, en un acto que desbordó la plaza, la posible amnistía que Pedro Sánchez se concedería al independentismo catalán a cambio del apoyo que necesita para ser reelegido presidente.
Ante unas 30.000 personas, según la Policía Nacional -que para los organizadores eran el doble-, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y sus principales dirigentes criticaron la intención de Sánchez y dDefendieron la inconstitucionalidad de la amnistía.
Porque el resultado de las elecciones generales de julio planteaba un escenario caprichoso a la hora de formar un nuevo gobierno: el PP ganó en votos pero no recibe el apoyo necesario que el Parlamento designe presidente a Núñez Feijóo.
Pedro Sánchez, secretario general del PSOE y candidato a la reelección, tampoco cuenta con los respaldos imprescindibles para jurar su cargo. Sin embargo, la izquierda tiene más margen de maniobra para alcanzar acuerdos con otros partidos, incluido los independentistas catalanes y vascos.
Esta es la postal de fondo en la que cobran relevancia el expresidente catalán Carles Puigdemont, considerado prófugo de la Justicia española por haber huido del país tras declarar la independencia de Cataluña en 2017, y su partido, Junts Per Cataluyna: Puigdemont exige a Sánchez una amnistía para él y para toda la soberanía Catalán a cambio de apoyar su reelección como presidente del gobierno.
“España no está en venta”
Una pantalla con el lema de la convocatoria, “Por la igualdad de los españoles”, acogió a Núñez Feijóo que, junto a los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy, se abrió paso entre la multitud como un Rolling Stone.
Rodeado de banderas españolas y pancartas que decían “España no está en venta”. «Sánchez mentiroso» y «Feijóo arreglado»El líder del PP se pronunció después de que se mostrara un vídeo con algunas de sus declaraciones contra la amnistía.

“Aunque me cueste la presidencia del gobierno, defenderé que España es un conjunto de ciudadanos libres e iguales. “Nos importa lo que nos cueste”, afirmó Núñez Feijóo este domingo en Madrid.
“Es falso que el independentismo tenga que ser decisivo en la gobernabilidad de España -ha afirmado-. Nunca, durante décadas, ha tenido menos votos que ahora. Es una falacia socialista más”.
“Ningún español votó por un cambio de régimen constitucional. Eso es un fraude. “No vamos a negociar fraude”, subrayó.
Núñez Feijóo Recordó que su partido gobierna en 14 comunidades autónomasla mayoría de cuyos presidentes regionales aplaudieron su discurso.

Y agradeció el apoyo de la ultraderecha Vox, Coalición Canaria y Unión Popular Navarro, formaciones políticas que dijeron sí a una posible investidura.
“Partidos con los que nos hemos enfrentado en las elecciones y que ahora están dispuestos a unirse para defender la dignidad de los españoles”, los describió Núñez Feijóo.
¿Falló la investidura?
«No querían que fuera a la investidura, porque allí estaré», afirmó el líder del PP que, el martes, acudirá al Parlamento para intentar ser elegido nuevo presidente del Gobierno. Así se lo encomendó el rey Felipe VI por haber sido el candidato más votado en las elecciones del 23 de julio.
Pero el resultado de ese debate ya está, casi con toda seguridad, escrito: salvo imprevistos, el candidato del PP no podrá reunir los 176 votos, la mitad más uno de los 350 diputados que componen el Congreso. esencial para ser invertido.
«Será el debate de investidura para la mayoría de los españoles», insistió el candidato del PP.
“Si seré presidente del gobierno o no. Ahora o pronto. Pero por lo que a mí respecta, lo que quedará para España será la libertad, la igualdad y la dignidad”, concluyó Núñez Feijóo, en alusión, ligeramente, a la posible repetición electoral que sería inevitable si España llega a noviembre sin nuevo gobierno.
Su discurso, que cerró el acto, estuvo precedido por importantes ponentes dentro del PP como los expresidentes Aznar y Rajoy, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida.
Núñez Feijóo reservó unos párrafos de su participación para elogiar el esfuerzo de Aznar y Rajoy y resaltar su valor dentro del PP.
“Hay partidos que consideran dinosaurios a sus expresidentes. Para nosotros, Rajoy y Aznar son la memoria de la mejor España”, afirmó Núñez Feijóo para resaltar el enfrentamiento que mantiene en tensión a Pedro Sánchez y a la actual dirección del PSOE contra un líder histórico y respetado como el expresidente Felipe González.
González no oculta su disgusto ante una posible amnistía al separatismo catalán.
“No podemos permitirnos ser chantajeados por nadie.. Y mucho menos por minorías en peligro de extinción”, afirmó hace unos días el expresidente socialista.
“La Constitución no es chicle. No hay lugar para la amnistía ni para la autodeterminación”, insistió González, quien fue desprestigiado por voces de su propio partido.
«Cuando un partido no respeta a sus mayores no tiene presente ni tendrá futuro», ha dicho Núñez Feijóo este domingo en la plaza de Felipe II.
Movilización
“Estamos aquí para decir alto y claro que la Constitución “No es una moneda de cambio para satisfacer a los golpistas”.dijo a su vez el expresidente José María Aznar.
Se le atribuye la idea de la movilización de este domingo, convocada horas después de que expresara en un acto de la fundación que preside: «Creo que España acumula energía cívica, constitucionalidad y masa crítica nacional para impedir este proyecto de deconstrucción constitucional, nacional». «La disolución se consume. Pero es necesario activar todas esas energías», había instado Aznar hace diez días.
Lo repitió este domingo, con otras palabras: «Venimos a decir que estamos dispuestos a movilizar todos los esfuerzos para evitar un ataque sin precedentes al marco de convivencia de todos los españoles».
«De ninguna manera»
Antes de Aznar había hablado Díaz Ayuso, la presidenta regional de Madrid.
«De ninguna manera»Fue el estribillo de su discurso que, por momentos, los manifestantes repitieron con ella.
“Decir amnistía es decir que España es una dictadura opresiva”, afirmó Díaz Ayuso. “De ninguna manera”, insistió.
“¿El Gobierno va a seguir premiando a los desleales y a los traidores olvidando a la España fiel que se esfuerza cada día? -preguntó-. De ninguna manera.»
Los parlamentos fueron interrumpidos, de forma intermitente, por cánticos de los asistentes. “¡Puigdemont a prisión!” Fue el más recurrente.
“España quiere otro presidente” resonó también en los edificios que rodean la plaza de Felipe II.
Tras el expresidente Aznar, subió al escenario otro exjefe de Gobierno: Mariano Rajoy, que gobernó España en 2017, cuando el independentismo catalán organizó el último referéndum de autodeterminación y declaró unilateralmente la república de Cataluña.

Rajoy defendió la aplicación del artículo 155 de la Constitución que activó entonces. 155 supuso la destitución del gobierno catalán de Puigdemont, por desobediencia, y la intervención de Cataluña hasta las elecciones de diciembre de ese año.
«La amnistía también es un fraude», afirmó Rajoy. «No estaba en la agenda de nadie».
«La amnistía es, además, moralmente inaceptable. Es una enmienda a nuestra democracia en su totalidad”, enfatizó.
“El PP está boicoteando”
Mientras el PP desbordaba la plaza del Felipe II de Madrid y calles aledañas, Pedro Sánchez Participó en Cataluña en un partido del Partido Socialista Catalán.
“A pocos días de la toma de posesión de Feijóo, se están manifestando contra la toma de posesión de un presidente socialista. “El PP se está boicoteando a sí mismo”, ironizó Sánchez.

Porque la posible amnistía a cambio de apoyo a la investidura de Pedro Sánchez sólo pudo lanzarse tras el fracaso del debate de investidura de Núñez Feijóo, previsto para este martes.
El PP acercó a Madrid a militantes de varios rincones de España en más de 200 grupos contratados para el eventoque duró poco más de una hora.
No había sillas para ninguno de los presentes. Los oradores y devotos permanecieron de pie durante toda la manifestación, al igual que la estatua de Newton de Dalí, que casi nadie notó detrás del escenario.