Etiopía declaró el lunes un alto el fuego unilateral en su guerra de ocho meses en la región norteña de Tigray, horas después de que los combatientes separatistas ingresaran a la capital provincial en un golpe para el gobierno de la segunda nación más poblada de África.
Los testigos dijeron que cientos de tigrayanos tomaron las calles de Mekelle ondeando banderas y cantando, mientras los combatientes rebeldes armados con rifles AK-47, conocidos como las Fuerzas de Defensa de Tigray, marchaban en columnas a través de varios suburbios de la ciudad. Durante gran parte del día, las tropas etíopes a bordo de camiones militares camuflados salieron de la ciudad luego de varios días de reveses estratégicos en una guerra de guerrillas cada vez más sangrienta, dijeron los testigos.
La captura de Mekelle, que también sirve como capital de facto para muchas agencias de ayuda humanitaria que operan en la región, y la declaración de alto el fuego del gobierno federal, podrían marcar un cambio decisivo en el conflicto. El mes pasado, Estados Unidos impuso sanciones a funcionarios en Etiopía, uno de sus aliados clave en el continente africano, señalando acusaciones de atrocidades generalizadas contra civiles en Tigray.
No estaba claro cómo responderían las fuerzas de Tigrayan al alto el fuego declarado por el gobierno del primer ministro de Etiopía, ganador del Premio Nobel de la Paz, Abiy Ahmed.
Tampoco hubo una respuesta inmediata de la vecina Eritrea, cuyas tropas han estado luchando junto a los etíopes y cuyo líder, Isaias Afwerki, ha sido durante mucho tiempo un oponente de los rebeldes de Tigrayan.
Fuente: WSJ