La polémica creada por los insultos racistas al jugador del Real Madrid Vinicius ha entrado de lleno en la campaña y no hay político que no se defina al respecto. Alberto Núñez Feijóo no fue menos y ayer, en un coloquio con el alcalde de Madrid y el deportista Toni Nadal, fue categórico en su condena a las conductas racistas, pero también en su defensa de que España no es un país racista.
Feijóo considera que hay que hablar de forma «clara y contundente» para subrayar que «el deporte y el racismo son incompatibles», pero también para dejar claro que «España no es racista, en ningún caso», y lo dijo porque hay «poca gente», que está llamando racista a Valencia y, en su opinión, «cuando hay gente que intenta dar una imagen distorsionada de una ciudad, «tenemos que ser claros y contundentes».
Feijóo comparte debate sobre Valores y liderazgo con Almeida y Toni Nadal
El presidente del PP también ha querido dejar claro que para él «el deporte es educación, y la educación es lo contrario al racismo». El presidente del PP hizo estas declaraciones durante un debate sobre «Educación, Valores y liderazgo», en el que Feijóo quiso dar su apoyo a Martínez Almeida, como ya hizo con Isabel Díaz Ayuso en la localidad madrileña de Getafe. Allí, los tres coincidieron en los valores que deben tener los deportistas, políticos y ciudadanos, comenzando por la cultura del esfuerzo, tanto en el estudio, es decir en la educación, como en la política y el deporte. Y en eso, los tres hacían constantes referencias a Rafa Nadal, como persona, no solo deportista, que representa esos valores.
Toni Nadal se incorporó en marzo a la fundación Reformismo21 organizada por Feijóo, y aunque en su presentación el líder del PP aseguró que no les pediría que votaran por el PP ni que hicieran campaña por el PP, el ex azulgrana quiso tener este detalle con el alcalde de Madrid, porque, reconoció, aunque es y ha sido del Barça, nunca ha sido antimadridista.
Feijóo pone a Nadal como ejemplo del esfuerzo que debe tener un político
El presidente del PP habló de educación para defender el esfuerzo, que no es lo mismo aprobar que suspender, la Formación Profesional, una prueba de acceso a la universidad homogénea en toda España, lo que le lleva a subrayar la necesidad de hacer «bastantes estudios ajustes». Unos valores que, a su juicio, hacen falta en la vida y en la política porque «saber perder también es síntoma de educación», y que los políticos deben ejercitar, ya que en momentos de tensión o «bajón», que los políticos También tiene, dijo, que es bueno ver cómo Rafa Nadal es capaz de remontar, y cómo se puede ganar con sufrimiento.
En este sentido, el presidente del PP concibe la política como «un compromiso con la sociedad», además de «una renuncia a obtener mucho dinero, aunque se viva de forma digna, por encima de los trabajadores de nuestro país» pero donde «no se puede atesorar patrimonio». Entiende una política donde «lo importante no es ganar a cualquier precio ni gobernar de ninguna manera, sino lo que los ciudadanos piensen de mí cuando salga de la política».
Feijóo confesó que ha admirado a políticos de otras formaciones políticas y le gustaría «tener políticos a los que admirar y respetar en el Gobierno, porque si no, es malo para el país y para la oposición», porque para eso el pueblo no tiene que ser sectario En esta política, se ve a sí mismo como un corredor de fondo «de paso corto y mirada larga», como le definió el alcalde de Madrid, que no «quiere llegar de ninguna manera, sino ser útiles, no dividir a la sociedad y buscar el acuerdo en determinadas propuestas con la oposición”, pensando “en lo que es mejor para la sociedad” y no en “lo que te aporta más votos a corto plazo”.
Para ello, considera fundamental, además del estudio, el trabajo y la gestión «por encima de hablar en público o comunicar bien», que uno de los pilares de un político sea «escuchar la calle, no rehuir las críticas de la gente, porque son un pozo de sabiduría».
Feijóo defiende «no crear problemas» como principal objetivo de la política
Se trata también, dijo, de «no crear problemas», de «no frivolizar», de «no imponer» y que el Gobierno sea el de las mayorías, con respeto a las minorías, pero no que sean las minorías las que imponer su criterio, porque eso «es un problema del país», dijo sin aludir a ningún partido, sin citar siquiera a Bildu, y apelando de nuevo a ese respeto a la lista de los más votados al que se refiere continuamente.