
Los chilenos se preparan para optar por la «aprobación» o el «rechazo» de la nueva Carta Fundamental redactada por la Convención Constitucional. Fernando Atria fue uno de sus integrantes. Hay quien incluso le considera el ideólogo de este proyecto, que comenta, en conversación con , en referencia al afán «de la prensa por poner etiquetas». Pero no cabe duda que este abogado, profesor de la Universidad de Chile, es una figura influyente en este proceso, que culminará el 4 de septiembre. Con él conversamos sobre el texto sometido a plebiscito y el momento que vive el país.
: Las últimas encuestas siguen dando una ventaja al rechazo. hacer¿Cómo valoras esta situación?
Fernando Atría: Vamos a ver el 4 de septiembre lo dividido que está el país. No creo que se pueda dar por sentado el resultado del plebiscito en base a las encuestas. Hay varias cosas. La principal es que creo que estamos pasando por lo que pasó el Reino Unido con el brexit, y Estados Unidos, en la elección de Trump, y estamos viviendo el impacto que las tecnologías de la información, la gestión de datos, etc., tienen en la comunicación política. Ha habido una campaña muy bien financiada por los derechistas rechazadores de la Constitución, basada en temas que no son correctos como descripción del contenido del texto, pero han sido efectivos en el sentido de poner en duda a muchas personas. Lo significativo que será, lo veremos el 4 de septiembre.
hacer¿Cuáles son los principales aspectos de la propuesta de Constitución que destacaría?
Los principales aspectos están enunciados en la frase inicial de la Constitución, que dice: Chile es un Estado social y democrático de derecho, es regional, plurinacional, intercultural y ecológico. Y luego dice que es una república unida, su democracia es inclusiva y paritaria. Creo que esos son los elementos centrales.
Se reconoce la importancia y centralidad de los derechos sociales: el derecho a la educación, a la salud, a la seguridad social, a la vivienda, al cuidado, al trabajo… Ese es el corazón de la nueva Constitución.
Afirma que es un Estado plurinacional, que busca una relación de paz y reconciliación con los pueblos originarios, luego de 200 años de vida independiente. En Chile, esa relación ha sido bastante tóxica. Y es un Estado Regional, porque la nueva Constitución pretende reorganizar la distribución territorial del poder.
Propone explícitamente un Estado ecológico…
Creo que esta es una de las primeras constituciones, si no la primera, que se debate no sólo en condiciones de crisis ambiental -esto no es nuevo-, sino también de autoconciencia de la crisis ambiental. Y eso ha llevado a que la preocupación por la naturaleza y sus derechos -porque la Constitución reconoce sus derechos- haya estado en el centro de la discusión constituyente.
hacer¿Qué significará esto en un país donde la minería, por ejemplo, juega un papel central? hacer¿Qué cambio profundo en la economía implicaría esto?
De hecho, representa un cambio considerable. La Constitución establece los nuevos términos, en el sentido de que, al reconocer los derechos a la naturaleza, hace urgentes las medidas encaminadas a proteger esos derechos. Pero, de hecho, Chile se enfrenta, como todos, a la cuestión de cómo la conciencia de la crisis climática y ambiental debe conducir a encontrar un nuevo equilibrio entre el desarrollo económico y la naturaleza. Esa es una pregunta que no tiene respuesta, en mi opinión, en ninguna parte. (…) La Constitución, por la misma razón, no podría proponer una solución definitiva a un tema que preocupa en todo el mundo. Lo que hace es poner la urgencia de la dimensión ambiental, y eso se traducirá en políticas encaminadas a respetar los derechos de la naturaleza, que tienen que ser discutidos y decididos en Chile, como se están discutiendo y decidiendo en el resto del mundo antes la crisis que se avecina, o que ya está sobre nosotros.
Y, en materia de derechos sociales, hacer¿Cómo puede asegurarse de que esto se ponga en práctica?
El texto constitucional, por cierto, no es suficiente, pero es necesario dejar atrás esa idea de Estado subsidiario que, en Chile, a diferencia de Europa, significa un Estado neoliberal. Y se refleja en la mercantilización de los espacios sociales, porque se entiende que el Estado solo puede actuar en materia de educación, salud, en la medida en que no existen mercados privados que puedan actuar adecuadamente. Ese es el entendimiento que tiene Chile del principio de subsidiariedad.
Fernando Atria, abogado y profesor de la Universidad de Chile.
Lo que hace la nueva Constitución es desechar esa idea y sustituirla por la de un Estado social, lo que, dicho sea de paso, no implica la realización inmediata de los derechos, pero es una condición necesaria para empezar a construir los sistemas o servicios que estos derechos garantizan. requerir. Esta Constitución entiende los derechos sociales no como una promesa de provisión individualizada, sino como la necesidad de que estas esferas de la vida -como la educación, la salud, la seguridad social, la vivienda- se organicen de manera que garanticen la igualdad de condiciones para todos. Por ejemplo, el correlato del derecho a la salud no es un conjunto de prestaciones que se garantiza a cada individuo; es la existencia de un sistema nacional de salud que sea universal, público e integrado, de tal manera que el acceso a la protección en salud dependa de condiciones de necesidad, y no de capacidad de pago.
hacer¿Cómo ve el escenario en caso de que gane el rechazo?
Lo veo como un callejón sin salida. Porque el pueblo chileno ya decidió en un plebiscito, en octubre de 2020, que Chile necesitaba una nueva Constitución, y también decidió que debía darse a través de una Convención Constituyente. Por lo tanto, creo que, políticamente hablando, lo único que se puede hacer en caso de rechazo es convocar una nueva Convención Constituyente. El problema es que, desde el punto de vista legal, el efecto del rechazo es que la Constitución de 1980 simplemente permanecería vigente. No hay más.
(ordenador personal)