el traficante de drogas Arturo Beltrán Leyva Iba con frecuencia a la iglesia Esperanza de María en la Resurrección del Señor, conocida como Nuestra Señora de Perisur y ubicada a pocas cuadras de una oficina donde Genaro García Luna recibía sobornos millonarios todos los meses.
Dicha entrega se produjo a lo largo del sexenio Vicente Fox. El entonces director de la AFI (luego sería secretario de Seguridad Pública con Felipe Calderón), García Luna y sus acompañantes fueron recogidos por narcotraficantes en el estacionamiento del Centro Comercial Perisur y llevados a esa oficina para cobrar el dinero.
Todo esto lo contó Sergio Villarreal El Grande ante el juez Brian Cogan, en la Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn, Nueva York, y lo informó el periodista Jesús Esquivel, corresponsal de la revista Proceso (shorturl.at/akAO7).
Ese y otros testimonios de El Grande, en el juicio contra el exsecretario de Seguridad, parecen contundentes. Las relaciones atribuidas a García Luna con el Cártel de Sinaloa, que crecieron exponencialmente con el apoyo de GGL, eran bien conocidas mucho antes de que fuera detenido en Estados Unidos.
En su sexenio, Felipe Calderón fue alertado, en reportajes periodísticos y de manera directa, sobre los vínculos de García Luna con el narcotráfico. Oficiales de la policía federal, jefes militares, jefes de la Administración para el Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA) e incluso líderes eclesiásticos mexicanos alertaron directa o indirectamente a Calderón sobre este tema, pero él los ignoró a todos.
¿Significa esto que Felipe Calderón también fue cómplice del narcotraficante y compartió los sobornos con García Luna? Lo obvio sería responder que sí, pero hasta el momento no se han presentado pruebas para llevarlo al banquillo. Lo que el expresidente no pudo negar racionalmente es que fue alertado en tiempo y forma.
Hasta el mediodía del miércoles 26 de enero, todo lo presentado en el juicio es testimonio. Pero como ha señalado el abogado defensor de García Luna, César de Castro, “no hay dinero, no hay grabaciones, no hay correos, no hay pruebas fehacientes de que (GGL) ayudó al Cártel de Sinaloa”. Y al aludir a las fotografías de la exsecretaria con Barack Obama, Hillary Clinton y otros personajes, De Castro exclamó: “Este es el funcionario al que ahora quieren criminalizar con testimonios de la peor gente posible y sin una sola prueba”. Calificó a los testigos como «secuestradores, asesinos, traficantes» y víctimas de la guerra contra las drogas de Calderón.
En realidad, la defensa de García Luna tiene una ventaja: los fiscales deben probar la culpabilidad del acusado y convencer al jurado de que es culpable, pero -según el principio de presunción de inocencia- la defensa no está obligada a probar su inocencia porque se le considera «no culpable» hasta que el jurado determine lo contrario.
En otras palabras, la historia apenas comienza…
PLUS ONLINE: 16 millones en 20 billetes
Sin embargo, hay supuestos hechos narrados con tanto detalle por El Grande que parecen muy reales, a menos que el testigo tenga dotes de novelista.
Uno de ellos es lo ocurrido -dijo- en 2003 cuando con información proporcionada por García Luna, los Beltrán Leyva incautaron dos toneladas de cocaína que pertenecían a sus rivales del Cártel del Golfo y la llevaron a un depósito en Cuernavaca, donde el jefe de policía El oficial, acompañado de Luis Cárdenas Palomino, recibió entre 14 y 16 millones de dólares… en billetes de 20 dólares.
En el caso de los “decomisos” de droga, el cártel y el jefe policial habían acordado dividir el botín en dos partes iguales, pero no la droga, sino su equivalente en dólares. En esa ocasión, El Grande asegura haber visto la entrega de cajas de cartón llenas de entre 700.000 y 800.000 billetes de $20. Y dio un dato más: presente en el reparto, Arturo Beltrán Leyva le prestó una camioneta a García Luna porque las cajas con el dinero no cabían en su vehículo.
Lo dicho: o El gran ¿Está diciendo la verdad o tiene la imaginación de un novelista? En todo caso, habrá que ver si las versiones contundentes sobre él pueden sustentarse con pruebas presentadas por la fiscalía. Veremos.
POR EDUARDO R. HUCHIM
@EduardoRHuchim
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MAÍZ
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