La Asociación del Servicio Exterior de México patrocinó recientemente un homenaje al Premio Nobel de la Paz de 1982, Alfonso García Robles (Zamora, 1911-DF, 1991), donde se exaltaron sus aportes a la Carta fundacional de la ONU; a la paz mundial, como funcionario de la misma; al Derecho del Mar (ancho del mar territorial); como canciller; y como arquitecto del Tratado para la Prohibición de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe (Tlatelolco, 1967), replicado en el Pacífico Sur, África, Asia Central y Sudeste, y precursor del Tratado sobre la Prohibición Global de las Armas Nucleares.
Es anterior a lo anterior, pero coincide con su ingreso al Servicio Exterior, su análisis La Question du Pétrole au Mexique et le Droit International (París, 1939; traducción: Biblioteca Jurídica Virtual, UNAM). Con estudios de derecho en México, París y La Haya, García Robles reivindica aquí la expropiación petrolera de 1938, en concordancia con la soberanía de la Nación sobre los recursos del subsuelo desde la época virreinal; la concordancia en este sentido de la Constitución de 1917 con otras a nivel comparativo; pleno acceso, en condiciones de igualdad, a los recursos de la jurisdicción mexicana por parte de las empresas expropiadas, con la condición de nacionales mexicanos conforme a la Cláusula Calvo; y el origen del decreto de expropiación, vía indemnización, ante su rebelión judicial.
Hoy, como entonces, resulta estratégico formar a las nuevas generaciones diplomáticas en Derecho Constitucional, Comparado e Internacional, así como a través de comisiones en organismos internacionales, siguiendo el camino del Premio Nobel mexicano; esto, para que la defensa del interés nacional sea la misma que la de las mejores causas de la familia humana.
CAMARADA
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