No todas las historias de éxito tienen un comienzo fácil. Para Carlos Gómez, hacer posible el concepto de Panadería Artesanal La Panera requirió más de un intento. El pan dulce y salado que hoy se puede disfrutar, tanto en las cafeterías como el que se compra en la fábrica o en las panaderías para llevar a casa, es un ejemplo de constancia.
Todo comenzó en Ahualulco de Mercado, Jalisco, donde el padre de Carlos aprendió el oficio. Sin embargo, Carlos, que lleva la tradición en las venas como panadero de tercera generación gracias a sus abuelos, decidió repensar el concepto y llevarlo a otro nivel.
No fue fácil. Tenía la fábrica y sabía que tenía un buen producto, distribuirlo era otra cosa. Además de hacer todos los intentos recorriendo tienditas para venderles el bolillo, los hoteles, los restaurantes, las posadas y las escuelas, pensó que el Mercado de Abastos sería la vitrina que necesitaba. Después de ser proveedor de algunos establecimientos que vendían otros productos, decidió que quería su propio local para vender el pan que producía.
Agregó pan dulce a su catálogo, trajo apoyo de familiares en Ahualulco y se puso manos a la obra. “Empecé a buscar, encontré un local en el mercado y lo alquilamos. Vino un tipo y empezamos con pan dulce; Pensamos que por la ubicación íbamos a vender mucho y no. El primer día llegamos con 12 bandejas de pan y vendimos 10 piezas… el segundo menos”. Pero Carlos no se desanimó, su perseverancia lo llevó a buscar otras opciones y empezó de nuevo.
Pasó de trabajar con unos pocos familiares a tener 30 colaboradores. Nada pasó de la noche a la mañana, ella ha dedicado más de una década de esfuerzo en este proceso. “Tengo 12 años frente a La Panera. Es muy difícil encontrar personal comprometido, los más jóvenes que pueden aprender no duran mucho; es más fácil que una persona mayor se comprometa, la generación reciente prefiere estar frente a una computadora”.
El secreto
Hablar con Carlos es como abrir una anécdota. Le encanta su trabajo y el contacto con la gente; ahí está la magia, pero el secreto está en la calidad de sus productos. Nada por encima de eso. “El secreto del buen pan es la preparación y la receta. Hazlo con buenos ingredientes, nunca los reemplaces con productos similares o…
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